Durante la visita realizada al Líbano por el actual vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, se reunió con clérigos chiitas y líderes del ala política del grupo terrorista pro-iraní, Hezbolá. En una de esas imágenes se puede identificar la presencia, en primer lugar del jefe del grupo radical islámico, el imán Salid Ali Hijazi, quien recibe instrucciones de parte de Hassan Nasrallah, el líder supremo y Secretario General de Hezbolá desde 1992, mismo año en que se produjo el atentado contra la sede de la embajada de Israel en Buenos Aires y que fuera atribuido al grupo terrorista libanés.

En el otro extremo de la una de las fotografías que se hicieron públicas se observa a Nabil Kaouk, otro líder chiita libanés, quien ha sido acusado por el gobierno argentino como promotor del ataque contra el edificio de la AMIA (la asociación mutual judía) en 1993 y que costara la vida a 185 personas, entre ellas un paraguayo.

Kaouk hace frecuentes alardes de la capacidad militar del Hezbolá y recuerda que el “ejército de Dios”, como llama al ala militar del grupo terrorista, está listo para “borrar de la faz de la tierra a Israel y reducirlos a cenizas”.

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Nabil Kaouk prometió reducir a cenizas a Israel, molesto por la muerte de Qassan Soleimani en enero de 2020. Foto: Gentileza.

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Dolidos por el “carnicero” Soleimani

El grupo terrorista libanés, con ramificaciones en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, así como también opera en territorio venezolano al amparo del régimen de Nicolás Maduro, tiene cerca de 200.000 misiles de corto y mediano alcance, listos para actuar en contra del Estado de Israel y sus aliados regionales, según fuentes militares.

Tanto Hijazi como Kaouk se mostraron muy dolidos durante la ceremonia en homenaje a los “mártires” iraníes Qassan Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, y Mahdi al Muhandis, su brazo derecho, ambos muertos en Irak, en enero del 2020 en un ataque aéreo ordenado por el presidente Donald Trump. Los combatientes del Hezbolá lo conocían al general iraní como “el carnicero”.

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La mencionada ceremonia se realizó en Beirut, Líbano, y ambos líderes del grupo terrorista pro-iraní acompañaron a Zeinat Soleimani, hija del general muerto por las fuerzas de Estados Unidos, y a Hassan Rohani, entonces presidente de Irán. Un detalle no menor es que Zeinat tiene parentesco político con Hassan Nasrallah, líder supremo del Hezbolá. Su esposo Riza Safi al Din está acusado de traficar armas desde Irán a Siria utilizando vuelos comerciales gracias a su influencia por ser sobrino de Nasrallah.

Nasrallah fue quien necesariamente tuvo que dar la autorización para que produjera la reunión con Velázquez así como con Walid Amine Sweid, empresario de la Triple Frontera y cercano al actual precandidato oficialista, teniendo en cuenta la estricta verticalidad de la organización militar, política y religiosa del grupo terrorista libanés.

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