Los asaltos callejeros, domiciliarios, a negocios o empresas, así como los casos de sicariato van creciendo de manera acelerada mientras la institución encargada de luchar contra este flagelo, con Arnaldo Giuzzio a la cabeza, está más enfocada en la persecución a los ciudadanos, al parecer con fines políticos.

El cerro Tres Kandu, en el límite entre los departamentos de Guairá y Caazapá, uno de los lugares que era frecuentado por muchas personas, en su mayoría jóvenes, turistas, deportistas y lugar para sana diversión en familia, ha sido clausurado a causa de los hechos delictivos ocurridos hace días. Una usuaria de redes sociales compartió en su cuenta de Twitter la terrible experiencia por la que ella y sus amigos atravesaron durante un paseo en la cima del cerro.

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“De entre los árboles aparecen entre 5 a 6 tipos, con la cara cubierta y súper armados con escopetas, rifles de aire comprimido, machetes y cuchillos, entran corriendo y gritándonos que entreguemos todas nuestras pertenencias, logran su cometido y se van”, comentó la joven.

Finalmente, el sitio turístico cuyo principal atractivo es la subida al punto más alto del país ha sido cerrado y el Ministerio Público ha iniciado una investigación para intentar llegar hasta los delincuentes.

Giuzzio, un “látigo” político

La ciudadanía asiste atónita a las desatinadas decisiones encabezadas por Giuzzio, quien cada vez más está enfocado en ser un “látigo” político en lugar de responsabilizarse de la seguridad interna del país.

En la mañana del miércoles 26 de enero, Giuzzio logró convertirse en tema de mayor impacto a nivel mediático tras la presentación de una denuncia contra el expresidente Horacio Cartes, hecho sumamente criticado por actores políticos, del plano judicial y la propia ciudadanía, que se expresaron en medios de comunicación y redes sociales, indignados porque la seguridad ha quedado totalmente relegada a un segundo y hasta tercer plano en la prioridad del ministro del Interior.

“A mi amigo lo tiraron al suelo con las manos sobre la cabeza y entre dos le estaban apuntando con sus armas. Cuento estos detalles para que dimensionemos la magnitud de lo que fue el momento y que de verdad ¡SE CUIDEN!”, culmina la usuaria identificada como Moon Espínola, quien relató paso a paso el momento de terror que vivieron en la cima del cerro y donde sus vidas estaban totalmente a expensas de los delincuentes, quienes ya desde hace tiempo vienen realizando sus fechorías en la zona sin que las autoridades nacionales encargadas de la seguridad se hayan manifestado al respecto.

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