La diputada Kattya González, del Partido Encuentro Nacional (PEN), cuestionó que el Poder Ejecutivo haya tergiversado el espíritu de la ley que redirecciona los gastos sociales de las entidades binacionales a salud pública durante la pandemia.
“Nosotros esperábamos que el Ejecutivo tomara con seriedad esto de vivir en un Estado de Derecho. Es decir, simplemente que gobernantes y gobernados estamos sometidos al imperio de la ley”, señaló en conversación telefónica con la 1080 AM.
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Dijo que el presidente Mario Abdo Benítez “nos escupe en la cara nuevamente”, al anunciar el lunes último a través de la vocería del ministro de Salud Julio Borba el decreto reglamentario, que “no dice absolutamente nada”. Afirmó que Borba se limitó a alabar a las binacionales.
“Leemos el decreto reglamentario y nos caemos de espalda. El artículo 1° transcribe el título de la ley. El artículo 2° no dice nada y el artículo 3° habla de que pueden suscribir convenios con Hacienda para transferir el dinero. Entonces, no nos dicen cuánto dinero hay, cuánto se gastó y en qué se gastó”, fustigó.
Igualmente la parlamentaria criticó que en ningún artículo se haya aludido al uso que a partir de ahora tendrá el dinero declarado como disponible por Itaipú y Yacyretá. “No nos dicen cuánto va a ir a insumos, a materiales de bioseguridad, cuánto va a ir oxígeno y a la construcción de hospitales”, indicó.
El presidente se vio obligado a promulgar la ley luego de una presión social y política que se dio en torno a la iniciativa que fue impulsada por la Cámara de Senadores, teniendo en cuenta que desde el Gobierno mantenían una postura contraria por calificarla como “inconstitucional”, alegando que estarían en juego los tratados internacionales entre los países que integran ambas entidades.
La ley fue promulgada el 26 de abril y tenía un plazo de 10 días para su reglamentación, que finalmente se oficializó el pasado lunes.
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Salud confirman 866 casos de hepatitis en el país
El Ministerio de Salud reportó 852 casos confirmados de hepatitis B y 14 casos activos de hepatitis C, que totalizan 866 pacientes con la enfermedad en todo el país. La información fue emitida por la Dirección de Vigilancia de la Salud, en el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, establecida cada 28 de julio, desde 2011, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recordó que causa más de 1,3 millones de muertes cada año.
Datos epidemiológicos actualizados del Programa Nacional de Control del VIH/Sida e ITS (Pronasida) revelan que, durante el 2024, se realizaron 95.546 pruebas para hepatitis C en todo el país, de los cuales, 14 fueron casos confirmados de la infección activa. En el mismo periodo, se llevaron a cabo 198.142 pruebas de hepatitis B. De esto, 852 son casos confirmados de hepatitis B, el 51 % diagnosticados en hombres y 49 % en mujeres.
Las regiones con mayor incidencia de hepatitis B en el país son: Alto Paraguay, Capital y Canindeyú. Los grupos etarios mayormente afectados por hepatitis B son los de 30 a 34 años (18 %), los de 35 a 39 años (14,9 %) y los 25 a 29 años (14,4 %). El reporte reveló que el 74,7 % de los casos de hepatitis B se identificó en población general, y 18,6 % en hombres que tienen sexo con hombres. También se observan casos, pero en menor proporción en población en transgéneros, trabajadores sexuales e indígenas.
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Síntomas y prevención
Los síntomas más comunes de la hepatitis: fiebre, cansancio, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura y coloración amarillenta de piel y ojos (ictericia). En el caso de la hepatitis B se observan, además, heces claras y dolor en las articulaciones.
Las hepatitis B y C se transmiten por contacto con sangre infectada y otros líquidos orgánicos contaminados (semen, flujo menstrual, secreciones vaginales), a través de agujas, tatuajes, perforaciones, transfusiones sin control y por vía sexual, principalmente en personas con múltiples parejas. También se da la transmisión vertical (madre a hijo) durante el parto.
La hepatitis B se previene con vacunación. La primera dosis se aplica dentro de las primeras 24 horas de vida, seguida de 2 o 3 dosis adicionales. La vacunación es obligatoria para el personal de salud y grupos de riesgo. Para la hepatitis C no existe vacuna, pero el tratamiento con antivirales es altamente efectivo. La detección precoz y el inicio oportuno del tratamiento previenen complicaciones como cirrosis y cáncer hepático.
El Ministerio de Salud cuenta con pruebas de tamizaje, confirmación y medicamentos antivirales para el tratamiento efectivo de hepatitis B y C. Para protegerse de contraer el virus es importante usar preservativos (condones) para relaciones sexuales seguras, no compartir agujas o jeringas, en caso de tatuarse o perforarse hacerlo en sitios autorizados, garantizar la esterilización adecuada de equipos médicos y odontológicos, realizarse pruebas de tamizaje si pertenece a grupos de riesgo y seguir el tratamiento en caso de diagnóstico positivo.
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OMS insta a tomar medidas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) insta a los gobiernos y a sus socios a acelerar “urgentemente” los esfuerzos para eliminar la hepatitis viral como amenaza para la salud pública. “Cada 30 segundos, una persona muere a causa de una enfermedad hepática grave relacionada con la hepatitis o de un cáncer de hígado. Sin embargo, disponemos de las herramientas necesarias para detener la hepatitis”, ha afirmado afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el marco del Día Mundial contra la Hepatitis.
Según informa la OMS, las hepatitis virales (tipos A, B, C, D y E) son las principales causas de infección hepática aguda. De entre ellas, solo la hepatitis B, C y D pueden provocar infecciones crónicas que aumentan significativamente el riesgo de cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado. Sin embargo, la mayoría de las personas con hepatitis no saben que están infectadas. Los tipos B, C y D afectan a más de 300 millones de personas en todo el mundo y causan más de 1,3 millones de muertes cada año, principalmente por cirrosis hepática y cáncer.
Recientemente, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado la hepatitis D como carcinógena para los seres humanos, al igual que la hepatitis B y C. La hepatitis D, que solo afecta a personas infectadas con la hepatitis B, se asocia con un riesgo entre dos y seis veces mayor de cáncer de hígado en comparación con la hepatitis B sola. Para la OMS, esta reclasificación supone un paso fundamental en los esfuerzos mundiales por concienciar, mejorar el cribado y ampliar el acceso a nuevos tratamientos para la hepatitis D.
“La OMS ha publicado directrices sobre las pruebas y el diagnóstico de la hepatitis B y D en 2024, y está siguiendo activamente los resultados clínicos de los tratamientos innovadores para la hepatitis D”, ha afirmado la nueva directora de Ciencia para la Salud de la OMS, Meg Doherty.
El tratamiento con medicamentos orales puede curar la hepatitis C en un plazo de dos a tres meses y suprimir eficazmente la hepatitis B con una terapia de por vida. Las opciones de tratamiento para la hepatitis D están evolucionando. Sin embargo, la OMS asegura que solo se podrá aprovechar plenamente el beneficio de reducir la cirrosis hepática y las muertes por cáncer si se toman medidas urgentes para ampliar e integrar los servicios relacionados con la hepatitis -incluidas la vacunación, las pruebas, la reducción de daños y el tratamiento- en los sistemas nacionales de salud.
Últimos datos y avances
La OMS subraya que es alentador que la mayoría de los países de ingresos bajos y medios (PIBM) cuenten con planes estratégicos contra la hepatitis y que los avances en las respuestas nacionales contra esta enfermedad estén aumentando.
Así, en 2025, el número de países que informaron sobre planes de acción nacionales contra la hepatitis aumentó de 59 a 123; en 2025, 129 países habían adoptado políticas para la realización de pruebas de hepatitis B entre las mujeres embarazadas, frente a los 106 que lo habían hecho en 2024, y 147 países habían introducido la vacuna contra la hepatitis B en el momento del nacimiento, lo que supone un aumento con respecto a los 138 de 2022.
Sin embargo, advierte de que siguen existiendo importantes deficiencias en la cobertura de los servicios y los resultados, tal y como se indica en el Informe mundial sobre la hepatitis 2024. De este modo, asegura que la cobertura de las pruebas y el tratamiento sigue siendo muy baja; solo el 13 por ciento de las personas con hepatitis B y el 36 por ciento con hepatitis C habían sido diagnosticadas en 2022.
Asimismo, las tasas de tratamiento eran aún más bajas: el 3 por ciento para la hepatitis B y el 20 por ciento para la hepatitis C, muy por debajo de los objetivos para 2025, que eran del 60 por ciento de personas diagnosticadas y del 50 por ciento de personas tratadas.
La OMS también avisa de que la integración de los servicios relacionados con la hepatitis sigue siendo desigual: 80 países han incorporado los servicios relacionados con la hepatitis en la atención primaria de salud; 128, en los programas sobre el VIH, y solo 27 han integrado los servicios relacionados con la hepatitis C en los centros de reducción de daños.
El próximo reto será ampliar la cobertura de la prevención, las pruebas y el tratamiento. Alcanzar los objetivos de la OMS para 2030 podría salvar 2,8 millones de vidas y prevenir 9,8 millones de nuevas infecciones. “Ante la disminución del apoyo de los donantes, los países deben dar prioridad a la inversión nacional, los servicios integrados, la mejora de los datos, los medicamentos asequibles y el fin del estigma”, finaliza la OMS.
Con información de Europa Press.
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Yacyretá: las obras de Aña Cuá ya no deben interrumpirse hasta concluir
Después de más de dos años de interrupción, en setiembre se volverán a reactivar las obras de Yacyretá que se están realizando en la zona del brazo Aña Cuá del río Paraná, hecho muy celebrado porque implica la continuación de un proyecto de gran envergadura.
Gracias a los acuerdos que surgieron de las conversaciones del presidente paraguayo, Santiago Peña, y el argentino, Javier Milei, se logró desbloquear el problema de financiamiento existente y continuarán los trabajos que estaban paralizados desde 1923, por decisión del Gobierno argentino. El consejo de administración de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) suscribió la semana pasada la resolución de continuar las obras donde se instalarán las turbinas que darán una mayor potencia de generación a la usina paraguayo-argentina.
El viernes 1 de agosto la empresa constructora adjudicada volverá a instalarse en Aña Cuá para preparar los equipos y adoptar las medidas administrativas necesarias para que en setiembre se reanuden los trabajos necesarios. De ese modo, luego de dos años y ocho meses se reanudarán las obras que se habían suspendido en diciembre de 2023 provocando centenares de despidos de trabajadores en Ayolas, lado paraguayo, e Ituzaingó, zona argentina.
La obra consiste en instalar tres nuevas turbinas en la margen derecha del Paraná, en territorio paraguayo, fuera de la isla de Yacyretá, para aprovechar el brazo del río donde existe un embalse cuyas aguas transcurren por el segundo vertedero hasta caer en el cauce secundario que va por tierras nacionales.
Con la maquinización de esta arteria fluvial se espera generar alrededor de 270 megavatios adicionales, con lo que aumentará cerca del 10 % la actual potencia de la hidroeléctrica. Como este brazo del río pasa por territorio paraguayo la energía que produzca se generará en jurisdicción de nuestro país.
Esta obra en construcción implica una inversión total de 450 millones de dólares, dinero que no se obtendrá de ningún préstamo, como ha sido con el resto de las obras de la hidroeléctrica, sino de los fondos propios de la EBY. De acuerdo con los planes que se tienen previstos, la primera turbina podría entrar en funcionamiento en 2026, y se espera la conclusión del proyecto para principios de 2029.
La prosecución de las obras en el brazo Aña Cuá, luego de la pausa que comenzó en 2023, es un acontecimiento que hay que celebrar con alegría. Porque cuando concluya, asegurará una mayor potencia a la hidroeléctrica binacional, en el futuro, mientras tanto, en el tiempo actual generará empleo a miles de trabajadores que quedaron a la deriva, lo que contribuirá fuertemente a la economía de la zona afectada, como es el caso del departamento de Misiones, Paraguay, y la provincia de Corrientes, Argentina.
Desde el inicio, la construcción de las obras de Yacyretá ha sufrido las vicisitudes que ha tenido el vecino país en las últimas décadas, con los problemas ocasionados por la inestabilidad económica y política. La firma del Tratado de Yacyretá se produjo en diciembre de 1973 y las obras de la construcción de la represa se iniciaron en 1983. Once años después, en setiembre de 1994, se puso en funcionamiento la primera turbina. Por lo cual la hidroeléctrica comenzó a operar 21 años después de la firma del tratado binacional correspondiente.
La lentitud de la obra hidroeléctrica que se tiene con Argentina es notable si se hace la comparación con la historia de Itaipú, que se ha construido con Brasil. Yacyretá ha tardado casi el doble del tiempo que Itaipú para producir energía.
La suscripción del Tratado de Itaipú fue en 1973 y comenzó a generar electricidad en 1984, luego de once años. La capacidad de generación actual de Itaipú es de 14.000 megavatios (MW), en tanto que la de Yacyretá es de 3.200 MW, que recibirá de Aña Cuá 270 MW más.
Teniendo en cuenta la historia de retrasos en las obras de Yacyretá es que el anuncio de la reanudación de los trabajos en Aña Cuá representa una excelente noticia. Una obra de tanta trascendencia, que aumentará en 10 % el potencial de generación de la usina, no debe sufrir ya ninguna dilación y debe continuar hasta concluir. Porque su aporte en la generación de electricidad será de un enorme valor en términos económicos y sociales para ambos países.
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Alliana destaca generación de empleos con la reactivación de Aña Cuá
El vicepresidente de la República y presidente en ejercicio, Pedro Alliana, destacó este martes la próxima reactivación de las obras de Aña Cuá, de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que permitirá generar oportunidades laborales para miles de compatriotas, así como más energía desde el próximo año. Este viernes 1 de agosto está previsto que la empresa contratista retorne al predio con tareas administrativas y preparación de equipos.
“La Entidad Binacional Yacyretá retoma las obras de maquinización del brazo Aña Cuá, un proyecto estratégico que aumentará la generación de energía limpia y renovable en el país”, expresa la publicación realizada por Alliana en redes sociales. “Más de 1.000 empleos directos entre Paraguay y Argentina. Cerca de 3.000 puestos de trabajo para hombres y mujeres, impulsando el desarrollo de diversas comunidades”.
El temporal titular del Poder Ejecutivo, debido a una visita de Estado de Santiago Peña a Finlandia, puntualizó estas características técnicas del proyecto: tres turbinas Kaplan de eje vertical, adaptadas para operar con caudales variables; 270 MW de potencia instalada adicional a la capacidad del complejo Yacyretá; 2.000 GWh de generación media anual estimada.
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“Un reflejo del compromiso de los gobiernos de Paraguay y Argentina con la integración energética y el desarrollo regional”, remarcó Alliana. El 9 de abril pasado, el mandatario Peña recibió en Asunción a su par argentino, Javier Milei, en un encuentro que permitió destrabar la continuidad de las obras, que estaban suspendidas desde diciembre de 2023, así como la primera definición conjunta de un presupuesto para la central hidroeléctrica.
“El valor de referencia inicial era de 350 millones de dólares, pero se había adjudicado por 190 millones, lo que claramente no alcanzaba para finalizar el proyecto. Esa fue la causa de la paralización. Ahora, con los números ajustados, se puede continuar con normalidad”, explicó el consejero correntino Facundo Palma al diario Época, acerca de la resolución aprobada por el Consejo de Administración de la EBY, el pasado 25 de julio.
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Ingeniero de Yacyretá continuará trabajando con la NASA desde Paraguay
El ingeniero Eduardo Dose, personal del área de Hidrología de la Central Hidroeléctrica de Yacyretá, retornó al país después de realizar una estancia de investigación en el Laboratorio de Ciencias Hidrológicas de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos- Goddard), en el marco de una cooperación técnica internacional.
“Fue una experiencia única porque tuvo acceso a tecnología de vanguardia, y que, por sobre todo, se evidenció que puede ser útil para nuestro uso en la región y para nosotros particularmente en Yacyretá, para el manejo del embalse y del río Paraná, además de acceder a datos captados y colectados todos los días por los satélites de la NASA, los cuales están a disposición de los estudiantes e instituciones que quieran utilizarlas”, describió Dose, que fue recibido por el director paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Luis Benítez, el pasado 22 de julio.
“Es una experiencia única y lo mejor de todo es que voy a seguir trabajando de forma remota con el laboratorio de hidrología de la NASA, porque no alcanzó el tiempo que estuve allá y vamos a seguir desarrollando la investigación y publicando artículos científicos con ellos”, explicó el ingeniero paraguayo en una nota de prensa de la EBY.
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El trabajo del ingeniero Dose estuvo enfocado en la validación de datos del satélite SWOT para el monitoreo de niveles de agua en reservorios del río Paraná, y en la implementación del modelo hidrológico continental HyMAP, dentro del sistema LIS desarrollado por la NASA. El objetivo es contribuir a una gestión más precisa y sostenible de los recursos hídricos en una de las regiones más estratégicas de Sudamérica, combinando herramientas satelitales, modelación hidrológica y cooperación interinstitucional.
Añadió que fue un verdadero privilegio haber tenido un entrenamiento con los propios equipos e investigadores y científicos de la NASA, que están desarrollando diferentes proyectos e investigaciones en diferentes regiones del mundo. En el encuentro con Benítez, agradeció por el fuerte respaldo que brindó al proyecto y le presentó los resultados de la investigación, como también de la posibilidad de que la EBY pueda mantener las alianzas de trabajo con instituciones tan importantes como la NASA y la Organización de Estados Americanos (OEA).
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