Señaló que el acuerdo con Brasil fue tratado de manera muy confidencial por el gobierno, sin transparencia y que ya no hay más tolerancia para acuerdos secretos.

“Paraguay dejó de ganar $ 75.4 mil millones por vender a Brasil la energía excedente producida por la central hidroeléctrica de Itaipú y no consumida por el país a precios inferiores a los valores de mercado. Más que eso: desde 1985, cuando la planta comenzó a operar, hasta 2018, Brasil retuvo el 86 % de la riqueza de Itaipú y Paraguay el 14 %” empieza diciendo el politólogo Miguel Carter, en una entrevista al medio brasileño “Gazeta do Povo”.

Los datos publicados corresponden a un estudio que realizó, presentado en el Centro para la Democracia, la Creatividad y la Inclusión Social, que él fundó. La encuesta se realizó con datos oficiales del gobierno brasileño y Eletrobras.

Según rescata el medio brasileño, la opinión de Carter es que la grave crisis institucional que surgió en el país debido al acuerdo firmado en secreto por el gobierno brasileño y el gobierno paraguayo sobre los montos cobrados por el excedente de energía de la planta de Itaipú vendida a Brasil por el país vecino, podría haberse evitado.

“No hay más tolerancia para los acuerdos y arreglos secretos, especialmente con la información de que Paraguay no recibe valores de mercado por la energía que vende”, aseguró.

En cuanto al acuerdo de Itaipú dijo que fue tratado de manera muy confidencial por el gobierno, sin transparencia. “Hubo una percepción de que el acuerdo se negoció en secreto, y hay muchas sospechas sobre el proceso y Itaipú. Existe un consenso en el país de que el tratado y la última negociación fueron en gran medida desfavorables para los paraguayos. Tanto es así que el documento fue apodado ‘acta secreta de la traición’” sostuvo.

En otro momento, mencionó con relación al Tratado de Itaipú que los estudios muestran que Paraguay perdió mucho dinero con Itaipú. “Realicé un estudio que publiqué en varias presentaciones públicas que hice en Paraguay, que fueron numerosas, donde presenté los números por primera vez, con una metodología científica muy clara y transparente, con datos oficiales de Paraguay y Brasil, que muestran un gran daño al Paraguay con el Tratado. Mi estudio muestra que entre 1985, cuando la planta realmente comenzó a funcionar, y 2018 Paraguay no ganó $ 75.4 mil millones por vender energía no consumida a Brasil a precios por debajo de los valores del mercado. En todos estos años de operación de la presa, Paraguay ha utilizado el 7,6% de la energía producida. Y esta es solo una de las muchas estimaciones posibles, aunque todas las estimaciones están en este rango” argumentó.

Refirió que dichos valores equivalen al PIB de los últimos tres años de Paraguay. “Eso es mucho dinero para Paraguay. Con este precio a valores de mercado, el gasto público de Paraguay podría haber aumentado en un 85 % entre 1985 y 2018 en infraestructura, salud y educación. Históricamente los números son considerables. Si Paraguay pudiera comerciar energía como los países venden su petróleo como producto, seríamos otro país” afirmó Carter.

El politólogo manifestó que ya no hay más tolerancia a los acuerdos y arreglos secretos, especialmente con la información de que Paraguay no recibe valores de mercado por la energía que vende. “La población ya no acepta la idea de que Paraguay cede la energía que no puede consumir, la llamada energía excedente, y que está obligada a vender esta energía a Brasil a un valor ridículo, muy por debajo del valor de mercado, mientras que Eletrobrás y los distribuidores en Brasil venden la misma energía a precio de mercado” enfatizó. También dijo que el tratado de medio a medio, el condominio del 50 %-50 %, es solo en papel.

Finalizó diciendo que Paraguay siempre ha tenido una postura casi sumisa con Brasil por temor a represalias. “El Tratado dice que si Paraguay cede, Brasil tiene que pagar la transferencia, pero ha estado pagando precios ridículos durante décadas. Tanto es así que Paraguay tardó décadas en construir infraestructura para usar la energía” aseveró.