El senador por Avanza País, Miguel Ángel López Perito, explica "las diez mentiras" del proyecto a la exportación de granos en estado natural. A su criterio, se logró exacerbar el sentimiento "anti sojero y se ocultaron datos extremadamente graves".

El vaciamiento de la caja del Estado a mitad de año y los 250 millones de dólares de ganancia extra que este impuesto dará a las grandes multinacionales, son los puntos que no se dieron a conocer, de acuerdo al legislador.

A continuación la explicación del senador López Perito sobre el proyecto:

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1. Este tipo de impuesto existe en todos los países, y es conocido el caso de Argentina. Mentira. El impuesto a la exportación prácticamente no existe en América del Sur. Argentina tiene una estructura de retenciones que devuelve a los productores en forma de subsidios, particularmente el precio del gasoil. Nuestra estructura impositiva es totalmente diferente a la Argentina.

2. Este es un impuesto directo que grava al que tiene mayores ganancias. Mentira. Es un impuesto indirecto, como el IVA, solventado por los productores, que va a quedar como ganancia de las grandes exportadoras de granos desde el momento que solo la mitad de la producción se exporta y el resto se procesa en el país. Grandes exportadoras, que son también procesadoras, se quedarán con ese impuesto recaudado.

3. El impuesto a la exportación de granos va a ser absorbido por los compradores internacionales. Mentira. Es un impuesto interno que no se "exporta". Los granos son comodities con precios fijados por el mercado internacional. O te adaptas a ellos o no vendes. Nadie va a comprar una soja más cara porque a Paraguay se le ocurrió gravar la exportación.

4. Este es un tema viejo que viene siendo discutido desde hace 9 años y ya es hora de aprobarlo. Mentira. Es cierto que el tema se viene discutiendo desde hace tiempo, pero este defectuoso proyecto fue aprobado por el senado el 4 de diciembre del año pasado. Se pretende equiparar una polémica nacional, muy interesante y necesaria, a un proyecto de ley deficiente que no da respuesta a los problemas que pretende corregir.

5. En la época de vacas gordas los sojeros deben contribuir a la redistribución de las riquezas. Mentira. Tanto en la época de vacas gordas como de vacas flacas los sojeros, y todos los sectores productivos, deberían pagar impuesto a la renta. Si ganan poco, pagan poco, si ganan mucho, pagan más. Este es el mejor argumento para demostrar que los propios proyectistas conciben este impuesto como indirecto y no sobre las ganancias.

6. Es poco lo que se cobra (10%) y el PE tiene la potestad de bajar cuando la cosecha no vaya bien. Mentira doble. Como es un impuesto indirecto, si la producción o el mercado van mal, este porcentaje puede arruinar fácilmente a un productor pequeño, a tal punto de tener que vender por debajo del costo de producción. Además, el PE no está facultado para imponer tributos. Es una atribución constitucional privativa del Poder Legislativo (Art. 179 CN).

7. Los pequeños productores de 20 hectáreas y menos están exentos del impuesto. Mentira. El Art. 6° de dicho proyecto habla de un "sistema de trazabilidad a ser implementado por el MAG" que es inaplicable. El productor entrega a los silos, y los silos comprarán al 10% menos a cualquier productor. No preguntarán ni pueden comprobar si el origen del producto es de una finca de 20 hectáreas o menos. Tampoco lo harán las agroexportadoras.

8. Este proyecto tiene deficiencias, pero quién dice que si estudiamos una nueva ley corrigiendo estos defectos los sojeros no harán su lobby para rechazarla. Mentira. Frente a este proyecto inadecuado no pudieron imponer sus intereses sectoriales. El problema es que si no se aprueba inmediatamente este proyecto, el Estado se queda sin caja.

9. Los que están contra este proyecto son funcionales a los sojeros. Mentira. Quienes denunciamos como inadecuado este proyecto no queremos ser funcionales a las ganancias extraordinarias que percibirán injustamente las grandes agroexportadoras, ni queremos ser cómplices de la intención que encubre. Muy por el contrario, coincidimos con el diagnóstico sobre los problemas originados por el monocultivo de la soja, y creemos, por eso mismo, que se tiene que implementar una política tributaria realmente justa. No una que grava al productor y premia a las grandes multinacionales.

10. Es un impuesto justo y redistributivo. Mentira. Lo que el Estado recaude va a ser para pagar prioritariamente sus obligaciones inmediatas, fundamentalmente salarios, y no para programas sociales. Este impuesto no responde a principios económicos y sociales justos, y efectivamente puede producir serias distorsiones económicas con consecuencias inflacionarias. Es jurídica, económica y socialmente cuestionable.

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