Oscar Gemán Latorre, exfiscal general del Estado.
En una entrevista hecha a mi respetado amigo y ex compañero Benjamín Fernández Bogado, éste sostuvo que el único camino para superar la crisis política suscitada, pasa por el retiro del proyecto de enmienda que ya fuera aprobado por la Cámara de Senadores y se encuentra a consideración de la de Diputados.
El análisis, a mi criterio, resulta más relevante desde el punto de vista político que del jurídico, pues en este campo se observan visibles errores en cuanto a la normativa invocada y a su interpretación.
En efecto, expresó que la Convención Nacional Constituyente puso el artículo 290 con doble llave, pues estableció el mandato de cinco para el Presidente y Vicepresidente y, seguidamente, dispuso que no habrá reelección en ningún caso.
No cabe duda alguna que la Constitución estableció un mandato de cinco años y que no habrá reelección en ningún caso. Esta disposición constitucional es clara y se encuentra vigente.
Ahora bien, lo que el proyecto de enmienda pretende es, precisamente, la modificación del artículo 229, a fin de dejar sin efecto la prohibición y permitir la reelección presidencial por una sola vez en forma consecutiva o alternada.
Como la duración del mandato no se modifica y seguirá siendo de cinco años por cada periodo, es obvio que la "doble llave" a la que hace mención, en realidad, solo pretende poner énfasis en la prohibición de reelección y nada más.
Seguidamente, analiza el artículo 290 de la Constitución, señalando que el mismo prohíbe que la reelección sea abordada por vía de la enmienda.
Para no quedarnos solo con los comentarios de mi amigo Benjamín y los míos, me permitiré transcribir nuevamente el maltrecho artículo 290, último párrafo, que expresa: "No se utilizará el procedimiento indicado de la enmienda, sino el de la reforma, para aquellas disposiciones que afecten el modo de elección, la composición, la duración de mandatos, las atribuciones de cualquiera de los poderes del Estado, o las disposiciones de los Capítulos I, II, III y IV del Título II, de la Parte I".
Idónea
Si no se altera la duración del mandato y si la reelección no se encuentra incluida como materia que debe ser objeto de la reforma constitucional, indudablemente la enmienda es perfectamente idónea para abordar el tema.
Además, afirma que la enmienda supone un referéndum y que el artículo 122 de la Constitución Nacional dispone que no podrán ser objeto de referéndum: "… 6. Las elecciones nacionales, las departamentales y las municipales".
Casi resulta ocioso recordar que en el referéndum que contempla el artículo 290 de la Constitución no se elige autoridad nacional o departamental alguna sino que a través de él el pueblo se limitara a decidir si acepta o no la inclusión de la figura de la reelección presidencial. Son cuestiones muy diferentes: en el referéndum, el votante optara por el sí y por el no a la reelección, mientras que en la elección, marcara al candidato o lista de candidatos de su preferencia según se trate de elecciones generales o municipales.
Por consiguiente, muy al contrario del supuesto quebrantamiento del orden constitucional, en realidad, el proyecto de enmienda aprobado en el Senado busca restaurarlo luego de que en la sesión del 25 de agosto de 2016, 23 senadores pisotearan la Constitución y el Reglamente interno de la Cámara de Senadores.
En un país civilizado, cuando las cuestiones y diferencias políticas no pueden resolverse a través del dialogo, el mejor camino posible es que el pueblo decida. Nada más democrático que eso y, sin embargo, el referéndum ha sido satanizado identificándolo como el camino seguro a una dictadura.
La propuesta de retirar el proyecto de enmienda para evitar una guerra civil suena como a una amenaza que se basa en una causa falsa y en una violencia que lamentablemente ha sido inmisericordemente instigada por algunos medios de prensa y políticos perfectamente identificados.
Ser prudente
Creo que hay que ser prudente cuando se trata de abordar una crisis política como la que tenemos en este momentos y más aún cuando se han generado episodios que no registran nuestra historia democrática como ser el atraco, el saqueo e incendio de la sede del Congreso Nacional por una horda integrada por barras bravas, totalmente descontrolados por la droga y el alcohol.
Finalmente, la gente debe tener presente que con la enmienda es el pueblo el que decidirá, sin necesidad de recurrir a coacciones a órganos del estado, a destrucciones y saqueos masivos y mucho menos a matanzas o una guerra civil.
Tampoco debemos olvidar que, más allá de nuestras ideologías y pertenencias partidarias, todos somos paraguayos, tenemos una misma historia y un mismo futuro que juntos debemos construir.
Los "héroes" que atracaron, saquearon e incendiaron el Congreso y destruyeron y robaron todo lo que encontraron a su paso, hicieron lo mismo con el Panteón de los Héroes, un patrimonio nacional que siempre fue respetado por todos los paraguayos.
Parece que no nos estamos dando cuenta que apoyar a los que protestan contra el proyecto de enmienda es apoyar a quienes pretenden privar al pueblo de su legítimo derecho de decidir. Si hay referéndum el pueblo decide; si no hay referéndum serán 23 senadores quienes escriban la historia de nuestro país y nuestra propia historia.