La Misión Libanesa Maronita del Para­guay y la parroquia San Charbel invitan a los devotos del santo a partici­par de las actividades en el marco de la fiesta patronal, cuya ceremonia central será este domingo 20 de julio a las 11:00.

Según el calendario, a las 9:30 se realizará la proce­sión vehicular con la imagen de San Charbel, visitando las capillas aledañas, con la par­ticipación de los Heraldos del Evangelio. Seguidamente, se celebrará la misa de sanación que estará presidida por el cardenal y arzobispo metro­politano de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción, Adalberto Martínez. Así también estará presente el nuncio apostólico en Para­guay, monseñor Vincenzo Turturro.

Durante la misa se entro­nizarán las reliquias de la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado, se bendecirá el aceite curativo de San Charbel y se descubrirá una placa conmemorativa.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Para mayor comodidad de los feligreses, la misa será trans­mitida también a través de una pantalla gigante, expli­caron los organizadores.

Al finalizar la ceremonia, se compartirá con los presen­tes un agasajo con comidas típicas paraguayas y libane­sas. Además, habrá un espa­cio cultural con presentacio­nes artísticas folclóricas, y para los niños: panchos y juegos.

Como parte de la prepara­ción para la fiesta patro­nal, los devotos participan desde el día de ayer miérco­les del triduo con el rezo del rosario a las 18:30 y luego la celebración de la misa a las 19:00, en las capillas Inma­culada Madre de Cristo, San Roque González y Medalla Milagrosa, además de San Cayetano, Virgen del Rosa­rio, San Miguel, San Eugenio de Mazenod, San Francisco de Asís y Caacupemí.

En tanto, las reliquias del santo estarán visitando enfermos inmovilizados y en terapias intensivas. Para coordinar las visitas, los interesados pueden contac­tar con el (0984) 600-777.

“San Charbel Makhlouf nació el 8 de mayo de 1828, en el pueblo de Biqa-Kafra en las altas montañas del norte de Líbano. Se le dio el nombre de José en su bau­tismo y fue el último de los cinco hijos nacidos muy pobres, pero de muy religio­sos padres”, recuerda el car­denal Adalberto Martínez.

Déjanos tus comentarios en Voiz