En el corazón de la Expo Osaka 2025, los acordes de arpas paraguayas resonaron con fuerza y emoción, llevando consigo un mensaje de hermandad entre Paraguay y Japón.

La interpretación del tema oficial del evento, “Kono Hoshi no Tsuzuki wo”, a cargo del arpista paraguayo Enrique Carrera y su esposa, la reconocida arpista japonesa Arisa Matsuki, se convirtió en un símbolo sonoro de unidad entre dos culturas separadas por el océano, pero unidas por la música.

La presentación, que combinó instrumentos tradicionales de ambos países, cautivó al público nipón. Las arpas paraguayas se fusionaron con el violín de Shiori Abe y la percusión de Kanno Yoshiya, en una puesta que destacó la riqueza musical y emocional de ambas tradiciones.

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“Escuchar una canción japonesa sonar en arpa paraguaya fue un honor enorme”, expresó Carrera en contacto con el Grupo Nación. La iniciativa surgió a partir de una colaboración entre la Embajada Paraguaya en Japón y los organizadores de la Expo.

La participación de los artistas no solo emocionó al público, sino que reafirmó los lazos culturales entre ambos países. No es casualidad que el arpa paraguaya despierte tanto interés en Japón. “Les gusta mucho el sonido porque es nítido y claro, muy parecido al koto”, señaló Carrera. A esto se suma el atractivo del ñandutí, el tradicional encaje paraguayo que también forma parte de la muestra cultural paraguaya en la Expo.

Pero la conexión no termina ahí. Carrera y Matsuki, quienes lideran la academia de arpas “Sonrisa” en Japón –con más de 150 alumnos–, anunciaron una próxima gira en Paraguay. “En agosto vamos a visitar el país con 24 alumnos y daremos un concierto en el Teatro Municipal de Asunción. Para ellos, Paraguay es ‘Arpalandia’”, contó entre risas el arpista.

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