El Dr. Joerg Richard Vetter, categorizado en el Sistema Nacional de Investigadores (SISNI) del Conacyt e investigador de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (FCV-UNA), lidera una investigación pionera sobre la salud animal y la resistencia antimicrobiana en tortugas silvestres, con el objetivo de comprender su rol como potenciales reservorios de bacterias que podrían afectar también a los seres humanos.
La iniciativa contempla un trabajo de campo y laboratorio coordinado. En terreno, un equipo de médicos veterinarios especializados en fauna silvestre –con todos los permisos y registros requeridos– se encarga de localizar tortugas terrestres nativas, registrar sus datos morfométricos y recolectar las muestras necesarias.
En paralelo, el Laboratorio de Biotecnología Animal de la FCV-UNA procesa las muestras utilizando tanto técnicas convencionales como moleculares, incluyendo la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), una herramienta que permite detectar material genético de bacterias.
Esto les permite identificar si las tortugas tienen bacterias del tipo Salmonella y si esas bacterias son resistentes a ciertos antibióticos. Esta investigación es fundamental para evaluar riesgos en salud pública, considerando la creciente preocupación global por la resistencia antimicrobiana, fenómeno que puede comprometer la eficacia de tratamientos médicos tanto en animales como en humanos.
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Detienen a un hombre que intentaba vender 24 animales silvestres vivos en Cordillera
Este sábado, en un operativo especial funcionarios de la Dirección de Fiscalización y la Dirección de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), lograron rescatar a más de una veintena de animales vivos y dos huevos que fueron sacados de su hábitat natural para la comercialización por una persona.
El procedimiento se desarrolló hoy sábado en la ciudad de Caacupé y fue gracias a denuncias sobre la comercialización ilegal de los ejemplares. Se logró detener al traficante y se logró recuperar a un total de 24 individuos vivos de fauna silvestre que estaban siendo víctimas de tráfico ilegal.
Entre los animales que fueron rescatados se encuentran: 20 cotorras (Myiopsitta monachus), que hace días habían nacido; dos tucanes (Ramphastos toco), que acaban de romper el cascarón; dos huevos de especie aún por confirmar y también dos ejemplares de mono aullador (Alouatta caraya).
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Estos ejemplares se encontraban en unas cajas de cartón y estaban destinados para ser vendidos, la venta de animales silvestres está totalmente prohibida en todo el territorio nacional. Los animales fueron trasladados a un refugio donde recibirán atención veterinaria y los cuidados necesarios para su recuperación.
El procedimiento fue realizado en el marco de la Estrategia Nacional de Combate al Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre y contó con el apoyo de la Policía Nacional. El caso fue informado a la Unidad Especializada en Delitos Ambientales del Ministerio Público, cuya comitiva se constituyó en el lugar y procedió a la detención del responsable.
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Conservación de tortugas en playa Bacocho de México
Texto y fotos: David Sánchez, desde Puerto Escondido (México). X: @tegustamuchoelc (*).
En el corazón de Playa Bacocho, Hugo Ibáñez, jefe de campamento de la conservación de Vivemar, lidera una misión vital para proteger a las tortugas marinas. Con una pasión palpable, Ibáñez y su equipo se dedican a reubicar los nidos de tortugas para asegurar que las crías nazcan en condiciones óptimas y sean liberadas sanas en el océano.
“Las tortugas vienen y buscan hacer el nido en cualquier punto de la playa”, explica Ibáñez. La playa se divide en tres zonas: A, B y C. La zona B, que es el área central de la playa, es la preferida por las tortugas. Allí, el campamento ha instalado incubadoras para proteger los huevos de las olas y la maleza, que pueden dañar los embriones.
Temporada de anidación
La temporada alta de anidación va de agosto a marzo. Durante este periodo, las temperaturas frescas son ideales para la incubación. “Después de marzo, la temperatura aumenta y las tortugas lo saben, por eso disminuyen su visita a la playa”, comenta Ibáñez. “En una noche buena podemos colectar hasta 29 nidos”.
Cada nido contiene aproximadamente 100 huevos, y en Playa Bacocho se pueden ver cuatro especies de tortugas: la golfina, la verde, el laúd y la de Carey. La tortuga golfina es la más común y la especie que se liberó el día de la entrevista.
Historia y conservación
Ibáñez, oriundo de la región, recuerda cómo en su juventud los huevos y la carne de tortuga eran consumidos habitualmente. “Las bodas y los 15 años se celebraban con carne de tortuga”, recuerda. En los años 60, la comercialización de productos derivados de tortugas se legalizó, lo que llevó a una explotación masiva. “En una temporada se podían picar entre 400.000 y 500.000 tortugas en esta zona”.
Esta explotación descontrolada llevó a una drástica reducción de las poblaciones de tortugas, y en los años 90 se estableció una veda total. A partir de entonces, surgieron los campamentos tortugueros, apoyados inicialmente por el gobierno, para proteger a las tortugas y generar empleo para las comunidades afectadas por la prohibición.
Trabajo voluntario y comunitario
La conservación en Playa Bacocho no sería posible sin la participación de voluntarios. “Cualquier persona que tenga la voluntad de hacerlo puede unirse”, dice Ibáñez. “Nosotros trabajamos los 365 días del año.” A diferencia de otros campamentos que operan solo en temporada, ellos no dejan de trabajar ni un solo día.
La financiación gubernamental ha disminuido con los años, obligando a la organización a buscar alternativas sostenibles. Desde 2015, han implementado el ecoturismo sustentable como una fuente de ingresos, cumpliendo estrictamente con las normativas para proteger a las tortugas.
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Educación y buenas prácticas
Cada voluntario y visitante recibe una charla ambiental obligatoria para aprender cómo interactuar adecuadamente con las tortugas. “Usamos jicaritas (cazos de madera) para no tocarlas directamente”, explica Ibáñez. Esta práctica ayuda a minimizar el impacto humano en las tortugas recién nacidas.
El campamento también registra meticulosamente cada nido, desde su reubicación hasta el nacimiento de las crías. “Si un nido no nace, investigamos la causa para aprender y mejorar”, añade.
Participación comunitaria
La comunidad local juega un papel crucial en este esfuerzo. “Nuestra organización ha propuesto muchas buenas prácticas ambientales”, comenta Ibáñez con orgullo. Su objetivo es garantizar que las futuras generaciones de tortugas marinas tengan un hábitat seguro y saludable en Playa Bacocho.
Con una afluencia de hasta 300 visitantes diarios durante la temporada alta, el trabajo en el campamento es intenso, pero gratificante. La liberación de las tortugas es un evento que atrae tanto a turistas como a locales, todos unidos por un objetivo común: la conservación de estas majestuosas criaturas.
El trabajo de conservación en Playa Bacocho es un ejemplo inspirador de cómo la comunidad y los voluntarios pueden unirse para proteger la biodiversidad.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Roban 21 tortugas en peligro de extinción
El representante del Refugio Urutaú, Holger Bergen, denunció el robo de varias tortugas silvestres que estaban listas para volver a su hábitat y buscando repoblar el Chaco argentino, donde esta especie ya se encuentra en extinción desde hace tiempo.
“Se robaron las tortugas que estaban en cuarentena, ingresó un grupo de indígenas a la propiedad con bolsas y nos robaron las tortugas. Robaron para comer y lo peor de todo es que lo ponen vivos sobre el carbón para que muera ahí lentamente y después lo comen”, manifestó el encargado a la 1020 AM.
Sostuvo que es lamentable lo ocurrido en el refugio, atendiendo que son especies en peligro de extinción y destacó que es imposible recuperar las 21 tortugas robadas, atendiendo que fueron consumidas por los indígenas de la zona.
Bergen indicó que los nativos alegaron que forma parte de sus tradiciones y culturas comer las tortugas, por lo que procedieron a robarlas del refugio y consumieron en la comunidad, ubicada a pocos metros del refugio. Pidió también a las autoridades a tomar medidas sobre este tipo de hechos.
“Estas tortugas estaban para repoblar el Chaco de Argentina, ya que en ese lugar ya están extintas. Perdimos 21 tortugas, ya es casi imposible recuperarlas. Le perseguimos a la gente que salió corriendo. Estamos con muchas dudas, hoy entraron al refugio a robar tortugas, mañana no sabemos qué pueden hacer”, agregó.
El Refugio Urutaú trabaja para dar una segunda oportunidad a animales silvestres afectados por accidentes, pérdida de hábitat natural o por la acción del hombre. Está ubicado en la ciudad de Filadelfia, departamento de Boquerón.
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Mades frena venta de mono y lechuzas: una mujer quedó tras las rejas
Luego de que el pasado jueves fiscalizadores del Ministerio del Ambiente y la Policía Nacional realizaron un amplio operativo en la ciudad de Capiatá para rescatar a una nutria de río o lobo pe, ayer sábado fueron rescatados un mono y tres lechuzas.
Según el director de fiscalización del Mades, Julio Mareco, en esta oportunidad con ayuda de la Policía lograron detener a una mujer que fue denunciada por la ciudadanía por ofrecer a los animalitos vía WhatsApp. Ante esta situación, simularon la compra para rescatarlos.
“Esto se da tras el último operativo exitoso, donde rescatamos a un lobo pe. Recibimos una denuncia de que en redes sociales estaban ofreciendo a un primate o mono por 500.000 guaraníes, y pichones de lechuza por 600.000 guaraníes. Por lo que decidimos hacer contacto con esta persona que estaba ofreciendo mediante la compra simulada”, dijo en contacto con La Nación.
Destacó que tras concretarse la supuesta venta, decidieron encontrarse con la vendedora en el estacionamiento de un supermercado en Fernando de la Mora y con ayuda de los agentes intervinientes lograron rescatar a los animalitos, además arrestaron a la mujer.
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Evaluación y protección
“En estas condiciones y con el frío que ayer hacía, más la lluvia, esta señora tenía a estos animales en exposición. Las lechuzas eran pichones de corta edad, vamos a ver si sobreviven, todos fueron remitidos a una clínica veterinaria para ser evaluados”, explicó.
Tras la evaluación, se diagnostica si el animal tendrá la posibilidad de sobrevivir en su hábitat después de haber alterado todas sus condiciones naturales; en caso que no estén en condiciones serán llevados a refugios.
“En el caso de que no puedan volver a su vida salvaje, se los lleva a un refugio, puede ser en Itaipú, Yacyretá o el Zoológico de Asunción. Hay también zoológicos privados que están registrados en el Mades, donde pueden seguir su destino”, refirió.
Multa y detención
Este procedimiento se realizó juntamente con técnicos de la Dirección de Vida Silvestre y personales de la policía. Mareco agregó que la mujer fue detenida y trasladada a la comisaría de mujeres para su eventual proceso por tráfico de animales.
Recordó que la comercialización de animales silvestres es pasible de multas. “Se recuerda que el comercio, la caza y el transporte de animales silvestres (aves, reptiles y mamíferos) están prohibidos por la Ley 96/92 ‘De vida silvestre’”, afirmó.
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