Hoy, 15 de mayo, en Paraguay se celebra el Día de la Madre. A nivel país, muchas mujeres deben trabajar para poder mantener a sus hijos y ofre­cerles un mejor futuro. Para estas mamás, el programa Hambre Cero representa un apoyo muy importante y una tranquilidad, la de saber que sus hijos sí están recibiendo un plato de comidas mien­tras ellas trabajan.

Desde el año pasado, estu­diantes de todo el país reci­ben el almuerzo escolar que se sumó al desayuno y merienda, beneficio que fue bien recibido por muchas madres y también causó rechazos por unos pocos. Las madres trabajadoras y amas de casa confirmaron que el programa representa un alivio para el bolsillo y para aquellas que saben que sus hijos están comiendo.

En entrevista con La Nación/Nación Media, madres del Colegio Nacional y de la Escuela Básica San Anto­nio de Padua, de la ciudad de San Lorenzo, manifes­taron que están conformes con el almuerzo y merienda que reciben sus hijos del programa del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).

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“Me ayuda bastante. Veo con mucho positivismo el proyecto, al menos para los chicos de recursos limita­dos o cuya familia es nume­rosa”, expresó Gloria Gui­llén, madre de un alumno del noveno grado, comentó a LN.

Afirmó que pese a que es ama de casa, muchas veces tiene consultas médicas o reunio­nes y no puede preparar la comida para la familia, pero se siente tranquila al saber que su hijo puede almorzar al salir de clases.

“Es una tranquilidad que puedan tener un plato de comida en el colegio y puedo decir a la hora que mi hijo llega a casa, no llega con mucha hambre porque pudo almorzar en la institución”, declaró a LN.

“SIENTO TRANQUILIDAD DESDE HAMBRE CERO”

Para Mariana Torales, que todos los días debe ir a traba­jar, el almuerzo representa una tranquilidad, ya que no debe preocuparse por coci­nar un día antes para dejar un plato de comida para sus dos hijas, quienes almorza­ban comida recalentada, ya que no era del día. Además, confirmó que ambas tienen clases extracurriculares y ya puedan almorzar antes de ir a la otra institución.

“A las 6:30 les dejo a mis hijas en el colegio y de ahí voy a trabajar. Antes de Ham­bre Cero tenía que cocinar después de llegar de mi tra­bajo, cerca de las 20:00, para dejarles el almuerzo y ahora siento alivio porque sé que van a comer antes de ir a casa o a sus otras activida­des”, dijo en nuestro medio.

Aclaró que cuando llega a su casa puede compartir tiempo de calidad con sus hijas del noveno y segundo año de la media. “Dejé de preocuparme por el menú que les tenía que dejar y me parece excelente el servicio que reciben mis niñas, hasta ahora nunca se quejaron del plato de comida. Siempre dicen que estuvo muy rico”, puntualizó.

“DEBEN TENER MÁS TIEMPO PARA COMER”

Para Carmen Díaz, madre de dos niños, uno del jardín y otro del segundo grado, sus hijos todos los días reciben el almuerzo escolar, pero que lamentablemente el tiempo que tienen para comer es muy limitado. Esto especialmente para los que van a la escuela, porque deben salir a las 11:00 y solo tienen quince minutos antes para almorzar.

“Mis hijos siempre se sir­ven la comida, no tienen problema en comer. El pro­blema es que no les dan mucho tiempo para disfru­tar del menú, les sirven 15 minutos antes de la salida y eso puede acarrear pro­blema de salud para los chi­cos”, aclaró en La Nación.

Indicó que ni tiene quejas del menú, porque se trata de un servicio completo ya que incluye la comida, ensalada y el postre. Sin embargo, piden que las instituciones educativas, les de tiempo de aprovechar el almuerzo. “Les sirven y a veces no pue­den terminar de comer. Se debería extender el horario de almuerzo y que puedan comer con tranquilidad”, sentenció.

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