Dar la vida intentando defender a otro es uno de los mayores actos de amor y valentía. Este es el caso de José Osmar Arce Martínez, quien a la edad de 12 años perdió la vida al reci­bir un balazo en el pecho cuando hizo todo lo posible por defender a su madre. En su casa, situada en la lejana localidad de 7 de Diciembre, distrito de Tava’i, Caazapá, fueron emboscados por mal­vivientes enmascarados y a pesar de su corta edad, José no dudó en reaccionar y pro­teger a su madre.

Este 4 de setiembre se cum­ple un año de la tragedia de Tava’i, que generó indigna­ción por la cobardía con la que actuaron los malvivien­tes que acabaron con la vida del valiente niño en Caazapá.

CINCO ENCAPUCHADOS

En aquella oportunidad, uno de los primeros en llegar a la vivienda, ubicada en una zona de poco acceso y a unos 30 km de la ruta principal, fue el comisario Óscar Giménez, director de Policía de Caa­zapá. Giménez relató que el hecho sucedió a las 17:30 y que fueron cinco los malvivientes que ingresaron a la casa. Rápi­damente redujeron a María Martínez Benítez, quien se encontraba junto con su hijo de 12 años y su bebé de meses acostado en la habitación con­tigua donde se registró el cri­men. El niño se percató de lo que estaba sucediendo, tomó el arma que tenían en la casa y efectuó tres disparos disua­sorios, a lo que uno de los mal­vivientes le disparó y le dio en el pecho.

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La autopsia de José determinó que la causa de su muerte fue un shock hipovolémico pro­ducido por la herida de arma de fuego que recibió. Los res­tos del pequeño gran valiente fueron entregados a sus fami­liares, que le dieron el último adiós frente a una comunidad que buscaba una respuesta a lo que había acontecido.

ROBO SIMULADO

Tras cometer el crimen, los delincuentes se llevaron una motosierra, un arma de fuego calibre 38 y una mira tele­scópica de la vivienda, hasta donde llegaron caminando, según la madre. Más tarde, la motosierra fue encontrada abandonada, por lo que ter­minó descartándose que se trató de un robo.

Los investigadores determi­naron que los hombres ingre­saron a la vivienda para ame­drentar y ajustar cuentas con Felipe Santiago Cardozo Fer­nández, padrastro del niño asesinado, quien no se encon­traba en el sitio. El hombre, un peón de estancia, se encon­traba en el Chaco cuando ocurrió la tragedia. Aparen­temente, tenía problemas con algunas personas y había sido amenazado.

TÍO INVOLUCRADO

Lo peor del caso se cono­ció a medida que avanzaba la investigación, entre los involucrados en la muerte del niño se encontraba su tío y hermano de su mamá, Darío Martínez Benítez, quien fue imputado, al igual que José Eladio Ayala, quien sería el autor material del homicidio.

El proceso penal sigue su curso y el pasado 7 de junio se llevó a cabo la reconstruc­ción del lamentable crimen. Ambos imputados niegan su participación, pero el testi­monio de la madre los com­plica. Al parecer, una propie­dad fue la desencadenante de la tragedia que le costó la vida a un niño que no dudó en defender a su madre.

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