Por primera vez, el Gobierno, a través de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), ha estructurado un llamado para los pueblos originarios en cada misión jesuítica para la inclusión de jóvenes indígenas como funcionarios permanentes, como es el caso de César Benítez Cabral, de 24 años.
“Es una oportunidad muy grande para mí, gracias al Gobierno del Paraguay porque gracias a esto he podido estudiar. Mi meta es apoyar a mi comunidad Guaviramí, ubicada a 12 kilómetros de la Misión Jesuítica de Trinidad. Para mí, es muy importante transmitir lo que nuestros ancestros hicieron en este lugar”, expresó el joven conocido por su comunidad como Kuarahy Miri (Sol Radiante) de Guaviramí, que se desempeña como guía-informador en la reducción de Trinidad desde hace 5 años.
“Gracias a la ministra Angie Duarte, hoy tenemos una tienda para vender y promocionar nuestra artesanía, transmitir tradición y cultura de mi comunidad”, agregó Benítez Cabral, el único miembro de su comunidad y de entre sus 8 hermanos que trabaja en esta posición, que implica recibir a muchos turistas diariamente.
El guía muestra a los visitantes un material audiovisual sobre lo que ofrecen las Misiones Jesuíticas antes de iniciar el recorrido, y les explica sobre la cultura de la época y la actual. “Disfruto saber que mis antepasados estuvieron aquí y tener una conexión con ellos. Estoy feliz y orgulloso por mi comunidad, por este lugar y por todo Paraguay”, expresó.
“Agradezco al turismo por permitirme capacitarme y estudiar, lo cual me ha permitido ayudar a más personas de mi comunidad. Salí de mi comunidad para capacitarme en la historia de este lugar porque tenía un sueño y ahora puedo trabajar aquí. Antes no tenía esta oportunidad, pero ahora tengo un sueldo seguro, acceso a servicios y oportunidades que no tienen precio”, comentó el trabajador turístico que está estudiando psicología en la Universidad Católica en la ciudad de Encarnación.
A través de su trabajo, Benítez Cabral ha superado su vergüenza y ha podido desarrollarse tanto personal como profesionalmente. Su meta es terminar su carrera, tener más oportunidades para ayudar a su comunidad y eventualmente llegar a ser el primer psicólogo de su comunidad. Su sueño es alcanzar el rango de cacique, como su padre, para seguir contribuyendo al bienestar de su gente.
Además, es integrante de un coro que le ha permitido transmitir la cultura de su comunidad, a pesar de que algunas comunidades prefieren no mostrar su cultura. Invita a todos a conocer este hermoso lugar, que es Patrimonio Mundial, y asegura que él estará allí para guiarlos.La Misión Jesuítica Guaraní de la Santísima Trinidad del Paraná fue fundada en 1706 y declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1993, es una de las construcciones más importantes de los 30 pueblos jesuíticos de la región, donde estuvieron asentados Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil. En 1728, tenía una población de 3.000 indígenas guaraníes.
El horario de atención es de lunes a sábado, de 7:00 a 18:30. Teléfono: (985) 772-803. El costo de las entradas es de G. 45.000 para extranjeros y G. 25.000 para nacionales.
Este año ya se recibieron a 21.584 turistas en las 3 misiones jesuíticas, con una notable cantidad de visitantes provenientes de América Latina, Europa, Asia y Oceanía, entre otros.