El sarcoma es un tipo de cáncer que puede ocurrir en distintas partes del cuerpo. Aunque no es frecuente, afecta preferen­temente a los adultos jóvenes. Su manejo clínico es complejo y requiere de un equipo mul­tidisciplinario de profesiona­les médicos. De no ser extir­pado oportunamente el tumor, puede ocasionar incluso la amputación de las extremi­dades del cuerpo.

La oncóloga Cinthia Gauna habló con La Nación/Nación Media de las implicancias de esta patología, del método de diagnóstico y el tratamiento que por lo general es quirúr­gico, salvo casos que requie­ran de una quimioterapia preoperatoria.

“El sarcoma es un tipo de tumor maligno que se ori­gina en el tejido que sostiene a los órganos en general. Por eso los sarcomas pueden ser sarcomas de partes blandas como pueden ser originados en la parte de la grasa, del mús­culo. O pueden ser sarcomas óseos como por ejemplo los que crecen en el cartílago”, refirió.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

La especialista afirmó que es un tipo de tumor “bastante raro” y estadísticamente es infrecuente. “Del 1 al 3 % de la cantidad de tumores en gene­ral es su estadística. Y afecta muy frecuentemente al adulto joven y a los adolescentes. Los pediatras y el especialista del adulto joven ven muchos sar­comas. Es más raro en el adulto mayor, dependiendo de qué tipo de sarcoma sea uno puede encontrar en el adulto mayor”, indicó. Mencionó que en el caso de la mujer puede tener sar­coma en el útero.

MANEJO MULTIDISCIPLINARIO

El tratamiento se enfoca de manera multidisciplinaria. “El manejo es multidisciplina­rio porque tiene que actuar el cirujano, el oncólogo clínico, el radioterapeuta, el especialista en cuidados paliativos”, deta­lló. Para el diagnóstico parti­cipa el especialista en imáge­nes. Además, el patólogo tiene un rol fundamental porque los sarcomas necesitan muchos estudios patológicos conocidos como la inmunohistoquímica.

“La inmunohistoquímica es una herramienta fundamen­tal para el diagnóstico del sar­coma. Muchas veces el pató­logo nos da un diagnóstico de sarcoma, pero necesitamos de una histoquímica como herra­mienta para un diagnóstico certero”, destacó.

Ese estudio permite determi­nar si es un sarcoma de mús­culo, hueso o de grasa. “Por eso es bastante complejo el diag­nóstico del sarcoma y complejo también es el manejo, porque no hay muchas publicaciones de tratamiento de sarcoma. Las pocas publicaciones que hay son trabajos de investigación en Europa y Estados Unidos con un grupo muy reducido de pacientes, porque estadística­mente no se puede juntar canti­dad de pacientes para hacer un estudio científico”, manifestó.

DOS CENTROS DE ATENCIÓN

La expresidenta de la Socie­dad Paraguaya de Oncología contó que en Paraguay hay un grupo de médicos especialis­tas en sarcoma que mane­jan pacientes en el Instituto Nacional del Cáncer (Incan) y en el Instituto de Previsión Social (IPS).

“En el Incan todos los días yo veo pacientes con sarcoma en consultorio. Por semana atiendo 60 pacientes y 15 son de sarcoma. Somos tres médicos que vemos a todos los pacientes con sarcoma”, comentó.

La médica consideró funda­mental el manejo quirúrgico del paciente. “El cirujano tiene el rol fundamental porque el sarcoma se tiende a manejar quirúrgicamente de entrada. La cirugía es un rol importan­tísimo”, resaltó.

Es también usual atender pacientes con tumores gran­des que pueden darse a nivel de los miembros inferiores o en los brazos y en el abdomen. “En esos casos se necesita hacer un tratamiento preope­ratorio como es la quimiote­rapia. Se hacen tres o cuatro ciclos de quimio, se achica el tamaño del tumor y después se opera. Ese es un manejo muy frecuente del sarcoma”, significó.

La doctora Gauna, quien es actualmente la represen­tante de Paraguay en el Con­sejo Latinoamericano para la Asociación Americana de Oncología Médica, instó a los pacientes a una consulta pre­coz para evitar complicacio­nes como las amputaciones de miembros.

“Lamentablemente mucha gente del interior o de escasos recursos cree que es una sim­ple herida que va a mejorar. Y crece demasiado y después ya no hay más nada que hacer que amputar. O sea, a veces depen­demos mucho de qué estadio y tamaño llega el tumor a la con­sulta”, puntualizó.

Déjanos tus comentarios en Voiz