• Ciudad del Este. Agencia regional.

La drogadicción es el escenario principal de sucesivos hechos de violencia familiar en las que intervienen la Policía Nacio­nal y el Ministerio Público. Un joven fue imputado tras pro­tagonizar un hecho violento en la madrugada de ayer miér­coles en su casa. Amenazó de muerte a su madre y agredió físicamente a su hermano. Se trata de Juan Armando Nas­cimento Sánchez (24), quien padece de adicción a drogas y fue aprehendido por personal policial de la Comisaría 8.ª de Minga Guazú.

También fue detenido otro joven que lo acompañaba en el momento del atropello vio­lento a la casa, Pedro Daniel Solís Ferreira (26). Ocurrió alrededor de las 4:00 en el km 15 Acaray, barrio Los Cedrales, a unos 1.500 metros del casco urbano de la ciudad. Fue víc­tima la madre del aprehendido, una mujer de 46 años; y tam­bién el hermano, Diego Nas­cimento Sánchez (27).

El personal policial a cargo del suboficial mayor Santiago Acosta acudió al pedido de auxilio a Sistema 911 y encon­traron en el lugar a dos hom­bres tendidos en el suelo, maniatados, después de haber sido reducidos por uno de los hijos de la víctima, con ayuda de seguridad ciudadana. Es lo que reportó la Comisaría 8.ª de Presidente Franco.

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De acuerdo al relato de las víc­timas, madre e hijo, los dos jóvenes (uno de ellos hijo de la dueña de casa) llegaron a la casa con machete en mano, amenazando de muerte a la madre y a su hijo, mantenién­dose en actitud violenta. Es así que rompieron el portón de acceso para ingresar y luego rompieron a machetazo la puerta para entrar a la sala.

La fiscala interviniente Estela Marys Ramírez contó a La Nación/Nación Media que uno de los hijos de la mujer debió pegar a su hermano para poder reducirlo a él y su socio, para luego maniatar­los, con la ayuda de la seguri­dad ciudadana y ser entrega­dos a los agentes de la Policía Nacional.

La agente del Ministerio Público informó que la fami­lia contó sobre la condición de adicto de Juan Nascimento y que su descontrol ha llegado al punto de vender los objetos de la casa para seguir consu­miendo y el rechazo a esa con­ducta lo volvió absolutamente violento.

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