A mitad del siglo XX (1952) fue creado el Liceo Nacional Piribebuy, siendo su primer director el profesor Fernando Galeano. Mediante arduas gestiones de la profesora Hebe Margarita Florentín León de Cabrera, directora de la institución en ese entonces, por medio de una resolución del Ministerio de Educación y Culto, fue elevado a la categoría de Colegio Nacional en 1973.
Este sábado 2 de diciembre, el Comité Cincuentenario del CNP, integrado por diversas promociones de exalumnos y exprofesores, rendirá homenaje al fuerte y heroico pueblo de Piribebuy, en la persona de la “señora Hebe, baluarte de la educación secundaria pública en la tercera capital de la República del Paraguay, Piribebuy, ciudad heroica”, como reza en la placa recordatoria, que será inaugurada en la ocasión, según expresó Blas Alberto Agüero, coordinador general del Comité Cincuentenario del CNP.
El programa en la fecha arrancará con la procesión del santo patrono del CNP hasta el santuario nacional Dulce Nombre de Jesús Ñandejára Guasu; allí habrá un acto solemne en el cual cinco mejores egresados y mejores alumnos de diferentes promociones representarán a cada década de la vida institucional, y se presentará una bandera del cincuentenario, cuya imagen principal son dos insignias del colegio, de diferentes épocas.
Luego del acto religioso, nuevamente se llevará en procesión al santo patrono, esta vez hasta el local del colegio, en donde será descubierta la placa recordatoria del cincuentenario. Todo esto acompañado de la Banda de Músicos de Dimabel. Para culminar los festejos habrá una cena con serenata ha “jeroky guasu”, a partir de las 21:00, en el club 12 de Agosto.
UN PUEBLO HEROICO
Piribebuy, un pueblo bendecido por la naturaleza, que en su época colonial fue conquistada por los franciscanos y contaba con hombres prodigios en el arte. Antes de la Guerra Grande ya contaba con educación básica y uno de los pobladores formaba parte del plantel de once maestros de la época. Se trata de Juan Antonio Ovelar. Había escuelas públicas y privadas, con más de 300 alumnos.
La trágica Batalla de Piribebuy, del 12 de agosto de 1869, casi exterminó la población sobre todo mujeres y niños.
Ya en los albores de la gran batalla, llegó de Villarrica el maestro Fermín López, quien además de instruir en las “letras y buenas costumbres” se enfocó a la instrucción militar básica.
Después de la guerra la educación se borró, así como el fervor patrio. Quedaron atrás la tranquilidad que traía la brisa suave de sus arroyos. La algarabía de los niños, la risa de las madres, la mirada perdida de los pocos varones ancianos que perdieron la esperanza del sueño, de un gran país.
Corría el año 1895 un ex combatiente, que gozaba de la confianza del presidente Gral. Bernardino Caballero, creyó necesario formar una agrupación de banda que sirviera de aliciente a un pueblo que aún se encontraba tan dolido y abatido.
EL RESURGIR DE LA EDUCACIÓN
“La educación tenía que seguir o por lo menos intentar darle un andamiaje, a través de un consejo escolar, integrado por respetables vecinos, entre los cuales se encontraban algunos italianos recién llegados a la comunidad, entre quienes se encontraban Juan Bautista Maffiodo, Salvador Villagra, Remigio Segovia, Juan Bautista Paredes, Rodolfo Brítez, entre otros. También surgió otra generación de grandes maestras y constructoras de la educación piribebuyense como Angelita Villagra, Dionisia Fernández y la recordada Limpia Concepción Pérez”, expresó el Dr. Gualberto Martínez Sanguinetti, conocido poblador, estudioso y fervoroso amante de la historia de Piribebuy.