Una publicación del diario El País de España alude al Paraguay como el “lugar del agua” y relata las peripecias de las familias que durante las inundaciones se ven obligadas a abandonar sus viviendas para instalarse en albergues transitorios hasta que el río vuelva a bajar y puedan reiniciar cíclicamente la lucha y empezar de cero. “Paraguay es el lugar del agua. El país está sobre el acuífero guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce conocidas, con cerca de 40.000 kilómetros cúbicos, que comparte con Brasil, Argentina y Uruguay. El río Paraguay nace en el estado brasileño de Mato Grosso y recorre 2.700 kilómetros hasta confluir con el Paraná, que nutre el río de La Plata”, dice el acápite del artículo de la periodista Paula López Barba, quien periódicamente escribe historias sobre Paraguay.
Sin embargo, destaca que pese a la riqueza natural, gran parte de la población vive en condiciones de pobreza, al mencionar que un 25 por ciento no consigue pagar una cesta básica de consumo, según el informe de 2022 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). “La mitad de esas personas vive en zonas urbanas y la mayoría en el Área Metropolitana asuncena, la Gran Asunción, que concentra a un tercio de la población paraguaya, con más de dos millones. En la capital no llegan a 500.000, según el Censo de 2022, y la población disminuye, excepto en las márgenes del río Paraguay, en los llamados ‘bañados’, terreno municipal donde el número de viviendas informales aumenta desde mediados del siglo XX”, señala el artículo.
Seguidamente, la comunicadora cuenta cómo vive la gente de los bañados Sur, Norte y la zona inferior del barrio Ricardo Brugada, conocido como La Chacarita. Se estima que allí viven más de 100.000 personas, una quinta parte de los habitantes de la capital. La vivencia durante las crecidas en la voz de uno de los principales protagonistas: el sacerdote español Pedro Velasco, conocido por su trabajo social con los bañadenses: “Es raro que pasemos más de cinco años sin inundaciones, yo ya he vivido ocho. Es un drama ver a miles de personas abandonar sus casas, ir a los lugares más inconcebibles en las peores condiciones, sobrevivir y volver al barrio, donde parece que haya pasado una guerra”, explica Pedro Velasco en su casa en Tacumbú, en el Bañado Sur. El misionero dominico de 71 años llegó desde España a Asunción en 1976 con 24 años. Pasó una década en una parroquia del centro de la ciudad, hasta que decidió mudarse a zona inundabl e para estar al pie del cañón. “Me costó más el salto del centro al bañado que de España a América”, dice.