Con relación un caso denunciado a través de redes sociales por parte de un usuario de este servicio y considerando la gravedad, se ha abierto una investigación desde la Dirección de Derechos Humanos de la Dirección General de Asesoría Jurídica.

Considerando la gravedad de la denuncia en redes sociales por parte de un usuario del Hospital Psiquiátrico, se ha abierto una investigación desde la Dirección de Derechos Humanos dependiente de la Dirección General de Asesoría Jurídica para las averiguaciones correspondientes y la apertura del sumario administrativo si correspondiere y, en su caso, la remisión de los antecedentes al Ministerio Público.

La Dirección Médica de este servicio especializado convocó a una reunión con los encargados de las distintas dependencias, a los efectos de recabar datos específicos y analizar el expediente clínico del paciente, teniendo en cuenta que el mismo estuvo internado durante la emergencia por covid-19.

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Igualmente, un equipo de la Dirección General de Desarrollo de Servicios y Redes de Salud del Ministerio, se presentó ayer a la mañana en el hospital, a los efectos de interiorizarse sobre la situación de la institución, oportunidad en la que las autoridades encargadas del hospital se comprometieron a informar acerca de situaciones denunciadas en redes sociales, e insistieron en la importancia de que la ciudadanía formalice las denuncias ante los organismos competentes.

EXPACIENTE: “FUE UNA VERDADERA PESADILLA”

El ciudadano Alexis Gallagher hizo una fuerte denuncia a través de sus redes sociales contra los supuestos tratos que sufrió cuando fue internado en el 2021 en el Hospital Psiquiátrico del Paraguay, el Neuro. Tras su relato, más personas salieron a exponer lo que padecieron en el lugar.

Alexis sostuvo que tras un intento de suicidio, fue llevado al Neuro, por voluntad propia para ser asistido, sin embargo, al ingresar notó ciertas irregularidades como, por ejemplo la decisión de sacarle el celular y no poder comunicarse con su abogado cuando intentó comunicarse con él.

Otro aspecto que le llamó la atención fue que no le hicieron una historia clínica y solo le dieron dos diagnósticos incompatibles entre sí: trastorno múltiple de la personalidad y bipolaridad, cuando en realidad él está bajo tratamiento por un trastorno límite de la personalidad. “Esa primera noche me llevaron a un calabozo que literalmente podemos decir que estaba pintada de cucarachas, no tenía ni letrina, medía 1,5 x 1,5 metros, frío de menos cero garantizado. Nunca sentí tanto frío y un reflector de estadio apuntado directamente a la camita de cemento de medio metro. Me sedaron y al día siguiente me despertaron con agua por la cara, más sedación y me llevó un enfermero agarrado del cuello hasta la zona de criminales peligrosos. Tenía unas 3 puertas de seguridad. Es una cárcel interna y escondida”, indicó.

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