Una tragedia se vivió el miércoles último en el departamento de Canindeyú, cuando un grupo de niños estaba manipulando un rifle, del cual salió un dis­paro e hirió a uno de ellos a la altura del abdomen, quien falleció camino al hospital. Se trata de un arma de aire com­primido que fue modificada a un calibre 22 por el padre de uno de los menores.

Se presume que el disparo se realizó a quemarropa contra el menor de 10 años, quien acusó la bala en el abdomen. “Escuché que era un aire comprimido, pero me traje­ron un rifle calibre 22″, dijo en C9N el fiscal Lucrecio Cabrera.

Explicó que el arma perte­necería al vecino (padre del autor del disparo) de la víc­tima, que mantenía guardada en un depósito y que esta fue encontrada por los tres niños que estaban sin supervisión. “Los hermanos fueron a jugar a la casa del vecino de 8 años donde estaba guardada el arma y resultó herido uno de los hermanos de 10 años”, confirmó.

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El fiscal afirmó que de inme­diato el menor fue trasladado hasta el centro asistencial más cercano, donde llegó sin signos de vida. Agregó que el niño acusó un disparo en la parte baja de la zona abdo­minal, que le provocó un shock hipovolémico, según el informe forense. Todo ocurrió en el patio de una de las vivien­das que son colindantes.

RESPONSABLE ES DUEÑO DEL ARMA

“Aquí no podemos hablar de responsabilidad del menor a los 8 años. Sí, se puede inves­tigar la responsabilidad del dueño del arma como la de los padres de las criaturas por violación del deber del cui­dado. Todo ya está en investi­gación”, puntualizó el fiscal.

Agregó que de momento se espera que pase el trance de duelo para tomar declaración de los padres, responsables de los menores.

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