El cardenal Adalberto Martínez Flores, arzobispo de la San­tísima Asunción y presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), se encargó de la santa misa realizada en la ciudad de Caacupé durante el novenario en honor de la Virgen. Primero el líder reli­gioso se refirió al rol de los lai­cos en la Iglesia y en ese sen­tido resaltó la necesidad de una profunda conversión y renovación eclesial y pasto­ral, además de la falta de un real protagonismo y reconoci­miento del papel de los laicos en la Iglesia y en la sociedad.

En otro momento, resaltó que una herida abierta es el escán­dalo de abusos de menores y de personas vulnerables en el ámbito de las instituciones eclesiales. No obstante, des­tacó el trabajo abnegado de los obispos, sacerdotes, personas de vida consagrada y de miles de laicos, quienes están en las parroquias o congregacio­nes que cuidan de enfermos, ancianos, niños con severas discapacidades, hogares de recuperación de las drogas, comedores comunitarios, entre otros.

En otro momento, se refi­rió a la situación de los jóve­nes y mencionó que el bono demográfico es una riqueza del Paraguay, una oportuni­dad única e irrepetible, que requiere políticas públicas que apunten a su formación integral para que se consti­tuyan en factor que aporta al desarrollo del país.

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“La educación es la clave. Pero una educación de calidad, con gran sentido de la responsa­bilidad y de la ética. Debemos pensar juntos, sin exclusio­nes, sobre un proyecto edu­cativo integral. La Iglesia acompañará y apoyará una propuesta educativa que con­temple los valores que ayuden a la formación integral de la persona humana”, insistió.

Finalmente, recordó que estamos en tiempos electora­les y que abundan las prome­sas de mejores oportunida­des, de un país distinto. “Los católicos son mayoría entre los electores.

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