Un nuevo cargamento de cocaína salida de nuestro país cayó en el exterior, revelando la falta total de controles a nivel local.

En medio de la inves­tigación sobre el car­gamento de carne contaminado con 653 kilos de cocaína proveniente de nuestro país y detectado en un puesto de control de la aduana uruguaya luego de corroborarse algunas irre­gularidades en los papeles de control, ahora se cuenta con información de que en Bél­gica cayó un cargamento de droga aparentemente bajo el mismo modus operandi.

Bélgica actualmente es con­siderada como un país clave para la llegada y distribución de droga en Europa y nor­malmente es donde se rea­lizan los controles antes de que las cargas sean enviadas con destino a Rusia, como es el caso de la carne paraguaya.

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El pasado 16 de noviembre fue notificado en zona por­tuaria el hallazgo y deco­miso de otros 648,36 kilos de cocaína en el puerto de Amberes, Bélgica, proce­dente una vez más de Asun­ción, situación que con­firma el aumento del tráfico de drogas tras la “libera­ción” de los controles por parte del gobierno de Abdo de los diversos puertos en nuestro país.

En cuanto al cargamento decomisado en Montevi­deo, la droga se encontraba en un contenedor con carne congelada del frigorífico Beef Paraguay SA y habría sido despachado el 7 de octubre del mismo puerto Caacupemí de la ciudad de Asunción y las bolsas en que se encintaba la cocaína estaban marcadas con cruces rojas hechas con aerosol. Con estos detalles se refuerza la teoría de que el mismo grupo que se encon­traba tras la carga decomi­sada en Uruguay ya habría ejecutado otros envíos.

Los implicados e investiga­dos en el caso de la incauta­ción de la carga confiscada en Uruguay son Víctor Ramón Sanabria Oporto, Adelio Fre­tes García –quien ya contaba con antecedentes por caer con cocaína en dos oportu­nidades, una en el año 1998 y otra en el 2004– y Cándido Javier Fretes, todos actual­mente prófugos de la Justi­cia paraguaya.

Si bien las similitudes dan un amplio margen para que se trate del mismo grupo, lo preocupante es que este tipo de cargamentos salga de puertos paraguayos sin ningún control aparente de la Secretaría Nacional Anti­drogas (Senad) y que los mis­mos sean detenidos en países extranjeros dejando pensar a nivel internacional que aparentemente el Gobierno paraguayo no solo no con­trola los puertos, sino que la lucha contra el narcotrá­fico es prácticamente nula en estos casos.

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