“Dejá que la naturaleza te sorprenda” es el eslogan de la undécima edi­ción de Colosos de la Tierra. Entre el jueves y viernes se rea­lizaron las últimas visitas.

Una modesta casa en medio de un árbol y un tierno coro de niños que interpretaba “Es linda nuestra tierra” fue el escenario para recibir a la comitiva de Colosos de la Tie­rra que se trasladó hasta la ciudad de Juan León Mallor­quín para visitar al “Árbol de la gente”. Una categoría que surgió para premiar la belleza de los árboles más allá de sus medidas.

“Esta categoría surgió porque habían árboles cuyas dimen­siones no calificaban para el concurso en sí pero había gente que se encariñaba tanto con determinados árboles enton­ces ahí consideramos que debíamos incluir una catego­ría en la que el público podía votar, esto lo implementamos desde el 2017″, explicó Osvaldo Turlan, director de A Todo Pulmón.

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El Árbol de la Gente, en esta edición 2022, se encuentra en Juan León Mallorquín, en el departamento del Alto Paraná. Se trata de un bello ejemplar de ka’a oveti postulado por la familia Barrientos. Fue el más votado, el favorito de la gente y guarda una historia muy par­ticular. Don Carlos, uno de los hijos, contó que desde hace años se dedica a conservar unas 13 hectáreas de bosque en la propiedad de sus padres quienes con mucho sacrificio sacaron adelante a sus hijos trabajando en la tierra.

“Estamos orgullosos de esto porque no tocamos el bosque, mis padres producían produc­tos agrícolas y de eso vivíamos. Gracias a eso mantenemos estas 13.5 hectáreas y esta­mos muy contentos de haber inscripto a este Coloso”, mani­festó sobre la participación del concurso anual que se originó en Paraguay, con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de pre­servar los bosques nativos y el respeto hacia los árboles.

“Desde pequeños soñába­mos con tener una casita en el árbol, esa siempre fue una ilu­sión, cuando éramos chicos no teníamos plaza, no teníamos para distraernos, jugábamos con piolas, cuerdas, inventá­bamos casitas, hasta que un día me propuse hacer la casa del árbol”, relató Carlos. “Me fijé en este árbol que siempre fue resistente a las tormentas y cualquier fenómeno natu­ral que ocurre, todos los otros árboles de los vecinos cayeron o se dañaron pero éste siempre fue fuerte y por eso lo elegimos para construir la casa aquí y así surgió”.

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