Tras dos años se hizo justicia para la niña indígena abusada sexualmente y posteriormente asesinada. Tras el tremendo crimen, el cuerpo de la víctima fue tirado en un baldío en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus de Asunción (TOA). El terrible hecho ocurrió en febrero del 2020 y conmocionó a toda la ciudadanía debido a la desprotección que sufren los niños indígenas por parte de las autoridades y que se trataba apenas de una niña de 12 años de edad.

Los condenados por el hecho son Norberto Solís, alias Kurepa, quien recibió una pena de 22 años; mientras que Lino Gustavo Amarilla Martínez, alias Lino’i, recibió la condena de 25 años de cárcel, pese a que la Fiscalía había solicitado la pena máxima de 30 años de cárcel para ambos, más cinco años de seguridad. Los representantes del Ministerio Público celebraron la decisión del Tribunal de Sentencia, presidido por el juez Héctor Fabián Escobar.

La niña bautizada como Francisca era de origen mbya-guaraní, pertenecía a una comunidad de Curuguaty y había llegado a Asunción luego de haber quedado huérfana de madre. Como otros niños en la zona de la Terminal, en su tierna inocencia no tenía más de otra que pedir limosna para comer, vulnerabilidad que aprovecharon estos dos hombres para abusar sexualmente de la pequeña.

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