Durante el tiempo de la pandemia de covid-19, en Paraguay y en el mundo la población se tuvo a adaptar a las normas del “modo covid de vivir”, que implicó, entre otras cosas, el encierro en las casas y la paralización de muchas acti­vidades. La opción de la vir­tualidad y las actividades a distancia tuvo efectos diver­sos, pero en gran medida sig­nificó una merma y en otros casos un fracaso rotundo con graves consecuencias.

A la pérdida de vidas y el sufrimiento de las familias, quizás el más doloroso efecto inmediato de la pandemia, se suman también los gra­ves efectos en la economía, así como el gran impacto en la educación, el cual es hoy es medible y proyectable, con resultados y pronósti­cos poco alentadores.

Las clases virtuales en su gran mayoría fueron un fracaso.FOTO:ARCHIVO

Un informe del Banco Mun­dial y Unicef, con colabora­ción de Unesco, analiza este aspecto y culmina con un lla­mado urgente a la acción para mitigar la crisis de aprendi­zaje tras el covid-19. Según el documento que salió a la luz el pasado jueves, se prevé que cuatro de cada cinco alumnos de sexto grado en América Latina y el Caribe (ALC) no alcancen el nivel mínimo de comprensión lectora. “Si bien la región ya se encontraba en una crisis de aprendizaje antes de la pandemia, esto representa un agravamiento sustancial. Esta nueva y alar­mante estimación también sugiere que luego de dos años de cierre de escuelas en la región a causa del covid-19, los resultados del aprendi­zaje podrían haber retroce­dido más de diez años”, según el estudio.

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“Dos años después: salvando a una generación” se deno­mina el citado documento, donde se recalca que estas pérdidas de aprendizaje podrían costar a los alum­nos de hoy una reducción en sus ingresos del 12 por ciento a lo largo de su vida. Según el mismo los niños de ACL vivieron algunos de los cie­rres de escuela por covid-19 más largos y constantes del mundo. En promedio, desde el comienzo de la pandemia los alumnos de la región per­dieron, parcial o completa­mente, dos tercios de los días de clase presenciales, con una pérdida estimada de 1,5 años de aprendizaje.

“Si bien la pandemia le pasó factura a los sistemas edu­cativos de toda la región de ALC, se hicieron esfuerzos notables para seguir brin­dando educación en forma remota mientras las escue­las permanecían cerradas”, señala parte del informe, que ubica a Paraguay con 25% en cuanto a accesibilidad a internet, con Panamá en un extremo con 42% y Haití en el otro con 4%.

“Según evidencia reciente, en promedio, los grados más bajos, las niñas y niños más pequeños y aquellos de con­dición socioeconómica más baja se han visto afectados desproporcionadamente por las pérdidas de aprendi­zaje, lo cual sienta las bases para una crisis generacional y mayor inequidad”, agrega el informe.

“América Latina y el Caribe enfrentan una crisis edu­cativa sin precedentes que podría comprometer el desa­rrollo futuro de nuestros paí­ses”, señaló al respecto Carlos Felipe Jaramillo, vicepresi­dente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “El hecho de que una gran mayo­ría de los alumnos de sexto grado tal vez no logre com­prender lo que leen pone un signo de interrogación sobre el bienestar futuro de millo­nes de niños que aún no desa­rrollaron competencias fun­damentales críticas, algo que eleva el riesgo de profundizar aún más las desigualdades de larga data en la región”, agregó.

EL FRACASO DEL RETORNO

“Esta catástrofe educativa (en ALC) sigue en marcha, día tras día”, dijo a su vez Jean Gough, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe, según recoge un material informativo. “Si bien la mayoría de las escuelas de la región ha reabierto, vemos que dema­siados niños no han podido regresar a la escuela a tiempo com­pleto, y muchos de los que han regresado están perdidos. En ambos casos no están aprendiendo. Cerrar los ojos ante la crisis educativa más severa jamás enfrentada por la región perjudicará a los jóvenes de hoy y a todos nosotros a largo plazo”, agregó.

También publi­cado esta semana, el informe “Situación de la pobreza de aprendi­zaje a nivel mundial: actualización 2022″, elaborado por el Banco Mundial, Unesco, Unicef, FCDO, USAID y BMGF, muestra que, en términos comparativos, la crisis educativa en América Latina y el Caribe coloca a la región en el segundo peor lugar a nivel mundial. Apenas la región de África Subsahariana muestra una tasa más alta de pobreza de aprendizaje, con nueve de cada diez alumnos que no pueden leer y comprender un texto simple al final de la prima­ria. “Abrir las escuelas no es suficiente para garantizar la escolari­dad: los países tienen que asegurarse de implementar un paquete de medidas adecuadas para incentivar la inscripción y la asistencia”, advierte, por su parte, el informe del Banco Mundial.


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