Como cada año en estas fechas, se puede visualizar una gran cantidad de personas intentando regresar a sus casas luego de haber peregrinado varias horas, llegar hasta la basílica y saludar a la Virgen de Caacupé en su día. Aunque la diferencia con años anteriores es muy notoria, ya que a pesar de haber contado con una importante cantidad de feligreses, no es la misma a lo que estamos acostumbrados a ver.

De igual manera, los buses que retornan a Asunción y ciudades de Central, así como los que van hacia el interior del país estaban repletos de pasajeros, muchos inclusive se iban parados, ya que lo único que buscan era retornar a sus hogares sin importar las condiciones en las que lo hacían, y mucho menos tener en cuenta las medidas sanitarias aconsejadas por el Ministerio de Salud. En conversación con el equipo de La Nación, varios peregrinos coincidieron en que los choferes no respetaban el precio justo del pasaje y ni siquiera emitían los correspondientes boletos por cada viaje; sostienen que esta situación no es solo de ayer.

Una de las mayores preocupaciones es el nulo acatamiento del protocolo sanitario dentro de las unidades, establecido por el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS). A simple vista se puede observar a personas sin tapabocas, otras compartiendo el tereré. Además, la cantidad de viajeros en los colectivos sobrepasó el límite estipulado para cada unidad del transporte público.

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