Ayer sábado, con una multitudinaria asistencia, se desarrolló el séptimo día del novenario en honor a la Virgen de Caacupé. La misa fue presidida por monseñor Claudio Giménez, obispo emérito de Caacupé, que por muchos años estuvo al frente en la Villa Serrana. La homilía estuvo dirigida a los laicos con el lema: “Hombres de la Iglesia en el corazón del mundo, hombres del mundo en el corazón de la Iglesia”.
Giménez explicó a toda la población católica que todos son laicos y que están llamados a vivir con la verdad. “Ser laico es una vocación para construir el reino de Dios, que los llama para construir el reino en la realidad y en el tiempo, mediante la familia, en el trabajo, en la política, aníke oiko pendehegui la político ha pende resarái católico o cristianoha (que no se conviertan en políticos y se les olvide que son católicos o cristianos)”, apuntó.
Puntualizó que el Espíritu Santo también se manifiesta en las molestias y que utiliza estas para fortalecer la fe de los cristianos. “Para purificar nuestro amor como cristianos y todo eso se convierte en gracia, bendición y eso va transformando el ambiente. Eso no significa ser santularios o santularias, significa ser constructores de un nuevo mundo. En ese mundo nuevo, sociedad nueva y país nuevo, deben existir elementos muy importantes como la justicia, la honestidad y espíritu de trabajo”, sentenció.
Lamentó que vivamos en una sociedad con odio, violencia, asaltos, robos, drogadicción, secuestros, desalojos que traen mucho dolor de cabeza e intranquilidad. “Paraguay quiere paz, la Constitución Nacional debe respetarse y debe aplicarse porque no es un libro de letras muertas. Necesitamos fuentes de trabajo en los departamentos para evitar las migraciones a las ciudades y los cinturones de miseria”, sentenció.
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Llaman a defender la vida y la constitución familiar
Ayer miércoles, durante la celebración del último día del novenario en honor de la Virgen de Caacupé, el padre César Nery Villagra, delegado de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, hizo un llamado a todos los fieles a la defensa y protección de la vida y la familia en nuestras comunidades y en la sociedad en medio de nuevas tendencias a nivel mundial.
El religioso explicó que en la actualidad se ven nuevas maneras en que el hombre busca idolatrarse y anteponerse a la voluntad de Dios, buscando establecer las bases y los criterios de lo que está bien o mal según lo que cree que es conveniente, impulsando el diseño de una antropología desconectada de lo trascendente y destacando el relativismo de las cosas.
“Es decir, se cae en la idolatría cuando el hombre asume el rol de Dios, y opta por el aborto, por la eutanasia o pretende establecer legislaciones que contemplan penas de muerte. Dios es el único dueño de la vida y de la muerte. Gracias a Dios, pese a los intentos, nuestro país sigue optando por la vida desde su concepción hasta la muerte natural. En lo que se refiere a la familia y a la sociedad conyugal, es igualmente idolátrico desde el punto de vista de la fe pretender instalar la ideología de género”, refirió Villagra.
ORAR POR LA VIDA Y LA FAMILIA
Destacó además el peligro de la construcción de una sociedad sin Dios, que es inevitablemente sinónimo de una civilización confundida, extraviada y en medio de la perdición, comparando esta posibilidad de relegar a Dios y su palabra con lo ocurrido en la antigua Babel, una ciudad que quedó en ruinas y destinada a la destrucción.
“Los creyentes estamos convocados por la Iglesia a orar por la vida y por la familia, a defenderla, a protegerla. No se trata de una defensa infundada, con esquemas fundamentalistas, sino de una defensa sabia, prudente, pastoral y evangelizadora, que sea racional y razonable, en diálogo con la ciencia y con las personas”, resaltó.
En cuanto a este escenario, señaló que debe de mirarse como un desafío a superar, al igual que las múltiples dificultades que deben de afrontar en la actualidad las familias paraguayas, remarcando la preocupación que existe por los problemas laborales, el debilitamiento de la fe y el abuso sexual en las comunidades educativas y cristianas donde los niños deberían de ser protegidos.
IDENTIDAD HUMANA
“Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer”, señaló el padre Villagra.
El religioso finalizó recordando que la identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo. Sin embargo, estas realidades que preocupan son desafíos y que, por eso, no hay que caer en la trampa de un lamento desgastante o autodefensivo en lugar de despertar la creatividad misionera.
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Instan a indígenas a luchar contra líderes que no sirven
Ayer domingo se desarrolló el sexto día del novenario en honor a la Virgen de Caacupé y durante la homilía hicieron un pedido especial a las autoridades para ocuparse de los indígenas que tienen problemas de tierra. Así también, celebraron el cumplimiento de la Constitución Nacional y de las leyes en favor de los indígenas e instaron a estos a que luchen en contra de los líderes que no sirven.
La homilía fue dada por el presbítero Miguel Fritz, administrador apostólico del Pilcomayo, quien solicitó a las autoridades que visiten a los enfermos, a los hermanos privados de su libertad y ocuparse de los hermanos indígenas. “Ocuparse de los hermanos indígenas que acá están y han venido para darnos la oportunidad de ocuparnos de ustedes, de preocuparnos”, expresó Fritz.
Lamentó que haya demasiados jóvenes indígenas entregados al alcohol y a la droga. “Otra preocupación que surge de las propias comunidades es el arrendamiento de tierra a gente de afuera. Hay líderes que ya no sirven a sus comunidades, sino a sí mismos y existe falta de unidad dentro de algunas comunidades. Son males que ustedes mismos deben arrancar y lo pueden conseguir”, refirió.
Remarcó que existen preocupaciones que vienen de afuera, ya que muchas personas miran con recelo la tierra indígena con la intención de explotarla. “Demasiado insaciable es el hambre de conseguir o al menos aprovechar esas tierras. Hay incluso gobernantes que no comprenden que la tierra no es solamente un medio para producir, sino que muchos indígenas la sienten como una madre: el suelo de la “casa común”, a cuyo cuidado nos urge nuestro papa Francisco”, puntualizó.
Fritz celebró que en el país se haya logrado el cumplimento de la Constitución Nacional y de las leyes en favor de los indígenas. “Anima mucho a constatar que vale la pena la incansable lucha de lideresas y líderes indígenas, codo a codo con sus aliados y, entre ellos, los agentes pastorales comprometidos con la Pastoral Indígena. ¡Felicitamos sinceramente a todos los que han aportado su grano de arena a estos logros!”, indicó.
Recordó el pedido de la entrega de títulos de tierra dentro de su territorio tradicional a algunas comunidades y el tema de la regularización de mensuras. “Es increíble que año tras año tenemos que repetir el flagelo de los desalojos injustos y violentos. ¡La tierra indígena no se toca! Los que invaden tierra indígena están en pecado; los que desalojan injusta y violentamente a territorio indígena están en pecado”, concluyó.
Obispo llama a cuidar el medioambiente
Se refirió a la inconsciencia de la gente que tira basura en la calle, y solicitó tierras para los campesinos e indígenas.
Monseñor Mario Melanio Medina, obispo emérito de Misiones, presidió la misa en honor de la Virgen de Caacupé, en su quinto día de novenario. En su homilía, el religioso hizo un llamado a cuidar el medioambiente, así como a estar atento al cambio climático. Se refirió a la inconsciencia de la gente que tira basura en la calle cuando llueve y solicitó tierras para los campesinos e indígenas.También mencionó la sequía en el Chaco paraguayo y habló de los poderosos que destruyen los bienes de la naturaleza y forman parte del cambio climático.
La celebración del quinto día fue bajo el lema “Alabanza al creador y cuidado de nuestra casa común”, ocasión en que el obispo emérito se refirió a la importancia del cuidado de la tierra y el cambio climático. Sostuvo que la situación del medioambiente actual es preocupante y eso debe llamar la atención de todos.
El exobispo de Misiones se refirió también a la desigualdad social, señalando que nuestro país es bendecido por tener buena tierra y cuenta dos hidroeléctricas, y eso se debe reflejar en la ciudadanía. “No se puede entender por qué no se puede tener buena vida, siendo que existe buena tierra y otras riquezas de nuestro país”, aseguró.
En un momento de su homilía, el obispo emérito pidió más atención a las comunidades autóctonas y dijo que una alternativa válida sería que el Instituto Nacional del Indígena pase a la categoría de ministerio. Esto ayudaría a tener mayor capacidad presupuestaria y logística para actuar. También pidió a las autoridades a dar tierras a los campesinos que quieran cultivar la tierra.
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“La violencia tiene su raíz en una población que no cree en Dios”
Durante el cuarto día de novenario de la Virgen de Caacupé, el obispo de la Santísima Concepción, Miguel Ángel Cabello, resaltó que la violencia que sufre el Paraguay, así como la corrupción en las instituciones, la delincuencia, la ambición desmedida y la búsqueda del enriquecimiento a toda costa, la práctica del fraude, del robo, tienen en gran medida su raíz en una población que no cree en Dios, que quizás ora, pero lo hace mal, sin el ánimo adecuado y sin proyecciones en la vida.Bajo el tema de “Orar con la Palabra de Dios”, se realiza ayer el cuarto día de novenario en honor a la Virgen de los Milagros de Caacupé, cuya homilía estuvo a cargo del monseñor Miguel Ángel Cabello, obispo de la Santísima Concepción.
En primer término, el obispo destacó la importancia de la oración en la vida de los cristianos y de toda la sociedad en su conjunto. “Hay muchas formas de oración, los rosarios en familia, en grupo, algunos lo hacen en silencio, otros hacen oración contemplando la naturaleza, que nos habla de la bondad y grandeza de su creador, nuestro señor”, añadió. En ese mismo sentido, recordó que leer la biblia es fundamental para conocer a Dios, su palabra, su voluntad, su corazón y ante todo, su plan de salvación.
“Hoy se nos invita a orar con la palabra de Dios, es decir, con la Sagrada Escritura, la Biblia, y es una de las formas más bellas y enriquecedoras, esta forma o método de orar es muy antiguo, pero sumamente fructífero para los fieles”, indicó monseñor Caballero.
El religioso explicó a los fieles que este método de oración cuenta con varias etapas, en la primera que es la de la lectura, se lee el texto bíblico con detenimiento buscando comprender qué es lo que dice la palabra, en el segundo paso se medita respecto a cuál es el mensaje que a través de su palabra el Señor nos busca hacer llegar, para el tercer paso se realiza una oración donde nos comunicamos con Dios luego de haberlo escuchado e interpretado.
En cuanto al último paso, que es la contemplación u acción, monseñor subrayó que es una de las etapas más complejas de este método de oración, ya que nos lleva necesariamente a reconocer a Jesucristo en el prójimo y nos compromete a mantenernos involucrados con los problemas de nuestro entorno y con los que más sufren. “La oración con la palabra de Dios debe llevar al creyente a convertirse en don para los demás, a poner en íntima relación, la palabra y la vida debe llevar a vivir el amor a los demás, porque el que ama y conoce a Dios debe amar también a su hermano”, remarcó el religioso.
El obispo de Concepción sostuvo que con la lectura divina se busca profundizar la reflexión y lograr cambiar nuestras acciones erróneas por las correctas a través de un proceso de meditación y análisis con la Biblia como herramienta clave, instando a los fieles a practicar este tipo de oración en solitario y en comunidad para llegar a un estado de contemplación continua que nos permita mejorar como comunidad.
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Cardenal Martínez hace un llamado a “cambiar el país”
El cardenal Adalberto Martínez Flores se encargó de la celebración eucarística del tercer día del novenario en honor de la Inmaculada Concepción, en Caacupé. El arzobispo metropolitano y presidente de la Confederación Episcopal Paraguay abordó el tema “El Espíritu Santo nos enseña a orar según la voluntad de Dios”.
En su homilía se refirió a los vulnerables, los pobres, los excluidos, los descartados de nuestra sociedad y dijo que pese a que el Paraguay produce y exporta millones de toneladas de alimentos al mundo, hay más de 400.000 paraguayos que pasan hambre, según las estadísticas oficiales. “Si tenemos suficientes alimentos para alimentar al mundo, es un escándalo moral que cientos de miles de pobres extremos no puedan satisfacer sus necesidades básicas de alimentación”, lamentó.
Se refirió también a la falta de agua en el Chaco, una región que soportó una de las peores sequías en los últimos 50 años, causando la mortandad de miles de animales silvestres y poniendo en peligro la vida de las personas debido a la falta del vital líquido. “Cuando sus aljibes y los tajamares se secan, las personas recorren kilómetros para recoger y llevar agua a sus hogares que generalmente no es potable, es agua sucia y contaminada que apenas alcanza para las personas; las familias pierden sus animales menores y pasan hambre”, lamentó para pedir que cese la indiferencia ante esta situación.
La problemática de la tierra también fue abordada por el religioso, quien recordó que tanto comunidades indígenas como campesinas son desplazadas de sus tierras ancestrales, forzando la migración y siendo sus derechos vulnerados. “Hoy en el Paraguay se volvieron extraños al ser desplazados de las tierras que legal y legítimamente les corresponde; esta situación se ve agravada por la falta de políticas públicas para el arraigo en sus comunidades”, lamentó.
Asimismo, se refirió a la migración económica que obliga a miles de compatriotas a dejar el país para buscar empleo en el exterior, donde padecen todo tipo de situaciones. “Miles de migrantes compatriotas viven en otros países, desarraigados de sus tierras, forzados a movilizarse buscando mejores horizontes económicos y viven en el exilio, muchas veces en condiciones paupérrimas indocumentados y desempleados, explotados en sus ambientes laborales en el exterior”, dijo al solicitar una política de repatriación de los connacionales.
El cardenal Martínez también se refirió al sistema sanitario del país y comentó que la atención de la salud podría mejorar substancialmente si se administran los fondos públicos con honestidad y patriotismo, y denunció la corrupción que impide mejorar las condiciones de vida de los sectores más empobrecidos de la sociedad.
Tras referirse a todos estos temas, el religioso hizo un mea culpa diciendo que “las iglesias no podemos excluirnos de la responsabilidad de la situación que vive el país”. Recordó que casi la totalidad de la población del Paraguay se declara cristiana, lo que desnuda la frágil evangelización.
“Los valores del evangelio no han permeado las conciencias, los criterios de juicio ni las actitudes de los bautizados. La mayoría de los que ejercen cargos públicos de responsabilidad, y los dirigentes en el sector privado, son formalmente cristianos y, sin embargo, nuestro país figura en los primeros lugares en inequidad, corrupción, impunidad y avance del crimen organizado”, aseguró.