Las posibilidades de las artesanas de continuar trabajando en la elaboración de los hornos de barro pueden verse afectadas si se mantiene el conflicto entre los creadores del modelo Tatanonna y un grupo de mujeres que conforman la asociación Kambuchi Apo.

Las artesanas que trabajan con el proyecto del horno de barro Tatanonna pidieron a sus pares de la asociación que las dejen trabajar, porque al igual que ellas saben que es la manera de sostener económicamente a sus familias.

Narcisa Ramos, alfarera y emprendedora, cuenta que ella anteriormente formaba parte de la organización “Kambuchi apo” e incluso llegó a ser presidenta durante cuatro años. “Yo salí porque no me gustaron las condiciones en las que trabajábamos, por eso ahora trabajo con el señor Troche (creador de Tatanonna). Yo le vendo a él el horno de barro por G. 300.000 y luego él le agrega otras cosas”, explicó.

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NOS APOYÓ EN PANDEMIA

Por otro lado, Narcisa dijo que el empresario les ayudó durante la pandemia. “Estamos agradecidas, porque durante la pandemia nos apoyó y tenemos que hablar con la verdad”, remarcó y agregó que ella es una persona honesta y trabajadora, por lo que se sintió muy dolida que hayan ido los agentes de la Policía a atropellar su casa.

“La gente de Dinapi tiene que saber quién tiene la marca y no pueden atropellar nomás”, expresó la alfarera que vive y trabaja en la ciudad de Itá. Seguidamente, dijo que la Dirección Nacional de la Propiedad Intelectual se encuentra mediando en el conflicto por la propiedad intelectual del diseño del horno de barro.

“QUE NOS DEJEN TRABAJAR”

También Mirian Cáceres, presidenta de la Asociación de Cestería y Cerámica de Caaguazú, pidió a sus colegas alfareras de “Kambuchi apo”, que las dejen trabajar. “Le pido a mi prima Vicenta Rodríguez que nos dejen trabajar. No queremos dañarle a nadie, solamente queremos trabajar, ella sabe que con nuestro trabajo mantenemos a nuestros hijos, ella vive también de eso”, manifestó.

La mujer aclaró que el diseño que ella hizo es muy diferente al que crearon en “Kambuchi apo”. Mencionó que fue ella misma quien creó el diseño que vende al empresario Juan Ignacio Troche, quien le agrega algunas prestaciones, como una resistencia eléctrica, piedras refractarias y otros accesorios. “Yo le puse cuatro pestañas para que pueda sostener la parrilla, mi diseño tiene una sola boca, a diferencia del creado por mi prima Vicenta Rodríguez”, explicó.

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