“6:50 llego a mi guardia veo mi pantalla y en 10 minutos se ficharon 5 pacientes, me equipo y empiezo a atender. Al evaluarles todos me dicen que están con covid +, les medico, les pido estudios, son las 8 AM ya atendí por lo menos 15 pacientes, uno me ingresa código naranja SAT 83%, (y le damos oxígeno) 02por CN con baja respuesta, medicación de rescate pido a familiares que compren MFR. No termino de explicar a los familiares, la licenciada a mi cargo me dice que se están acumulando pacientes que me tengo que apurar, atiendo como puedo, son las 10AM mi panza ruge de hambre, la licenciada me prepara café”, comenzó contando.

“Los pacientes no dejan de venir, atiendo y nuevamente tengo re hambre, una compañera de trabajo ingresa con su papá con mala mecánica respiratoria, satura bajo 86, o2 (oxígeno) por mascarilla medicación de rescate, me cuenta que hace 3 días está mal, le cuento que tenemos que iniciar antiviral, estamos a tiempo…”.

Consigue antiviral, interno paciente, pienso que tiene re chance pero veo que es gordito, diabético, hipertenso y tiene stent, respiro profundo, le digo a la licenciada que su papá va a estar bien, me gritan de la urgencia paciente convulsionando, la hija me grita me manda a la mierda, le explicó que estaba con paciente grave ni me escucha solo me manda a la mierda, su paciente estaba con su sx de abstinencia, le pongo 02 veo que solo me queda una boca de o2 ruego que todo se tranquilice le hago anticonvulsivante, miro mi café, son las 12, ya estaba frío, pero tengo hambre igual tomo”, cuenta parte del impresionante relató que da cuenta del desesperante ritmo de trabajo del personal de blanco.

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Al retirarse reclama por el “tráfico infernal” y dice “Me da rabia el piki, el fútbol, las farras; quiero ser egoísta como ellos, que tampoco me importe nada, pero tengo una hija en casa, no sé si hoy me contagié”, concluye.

CONTAGIOS SE DAN EN BURBUJAS

La doctora Viviana de Egea, directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles, aseguró ayer que estamos teniendo el peor momento epidemiológico de la pandemia, por lo que insiste en que no es tiempo de exponerse en reuniones sociales fuera del núcleo familiar.

“Es sumamente riesgoso. Los contagios se están dando en las burbujas sociales”, alertó. En consecuencia, familias enteras se están enfermando y varias han perdido a más de un miembro de su familia a causa del virus.

“Si seguimos así estaremos dejando una generación de niños y jóvenes sin padres, sin abuelos, sin tíos. Hay que tomar medidas drásticas”, mencionó con relación a la imperiosa necesidad de adherirse a las medidas sanitarias vigentes de protección individual y colectiva.

De Egea lamentó que a más de un año de la pandemia todavía existan personas que no creen que la distancia física y el uso de mascarilla sean importantes para prevenir los contagios por covid-19.

“Se ve gente que es reacia a la mascarilla y no la usa, o si la utiliza, no lo hace correctamente”, agregó. Dijo además que se observa incluso a personas en rondas de tereré, situación que se está dando sobre todo en los hospitales, con las familias de los pacientes que se colocan bajo carpas y en las áreas de espera.


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