El pasado 21 de diciembre en un barrio de Luque, un ciudadano fue atacado por una araña, identificada hasta ahora como “viuda negra”. Luego de varios días de luchar por su vida en la unidad de terapia intensiva de un sanatorio privado, Alberto Oviedo Garay falleció sin contar con el antídoto. El caso tomó estado público tras la publicación de Gabriela Oviedo, hija del fallecido, quien a través de sus redes sociales pedía que por favor el Ministerio de Salud gestione la provisión del antídoto para salvar la vida de su padre. El MSPBS tomó conocimiento del hecho el 23 y el 24, una toxicóloga del programa de Zoonosis asesoró en cuanto al antídoto que debía ser usado, el cual fue conseguido de la Argentina. Lamentablemente, por su estado crítico, la evolución de la víctima no fue buena.

Ningún hospital público ni sanatorio privado de todo el territorio nacional cuenta con el medicamento para asistir a personas afectadas por esta especie de arañas, por lo que la única manera de acceder al antídoto es trayéndolo desde Argentina. Juan José Benítez Rickmann, presidente de la Historia Militar del Paraguay y de la Asociación Paraguay-China de Amistad y Cooperación, tomó conocimiento del hecho a través de la publicación de La Nación e intentó contactarse con Gabriela Oviedo para gestionar a través de la Embajada paraguaya en Argentina y solicitó una copia de cédula del paciente y su parte médico, pero ya fue tarde.

Según la OPS, el veneno de la viuda negra es neurotóxico, lo que significa que bloquea la transmisión de impulsos nerviosos, paralizando el sistema nervioso central. Aunque el veneno de esta araña es peligroso, raramente llega a ser letal, si es tratada correcta y puntualmente.

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