Luego de que se diera a conocer que el Instituto de Previsión Social (IPS) hizo un llamado a licitación para que sectores privados puedan realizar los estudios más costosos para los asegurados, la Asociación Médica del IPS emitió un comunicado rechazando la nueva licitación para la tercerización, y pide suspender el proceso administrativo.

“La nueva tercerización de estudios de resonancia es por más de G. 10.000 millones. Es parte del plan de muchas tercerizaciones que se lograron consolidar, porque eso va a significar también que se realicen los procedimientos a los pacientes internados del IPS de todo el país”, explicó en canal Trece el doctor Edilberto Rivarola, presidente de la asociación. Resaltó que el viejo Hospital Central sigue siendo el lugar de acopio de todos los enfermos graves y no graves, y hasta enfermedades sencillas de Encarnación, Ciudad del Este y las principales cabeceras del país, “donde se inauguraron grandes obras por más de G. 60.000 millones”, sentenció. Lamentó que para estas decisiones que son tan importantes para el hospital siempre se deje de lado la opinión de los profesionales de blanco, quienes trabajan más de cerca con los pacientes. “Para eliminar la corrupción del IPS se debe extirpar el principal tumor maligno que es el Consejo Administrativo”, concluyó.

“MIENTRAS COLAPSA TODO”

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En el comunicado exigen que se suspenda el proceso administrativo para evitar cualquier tipo de derroche de recursos. También repudian la complicidad del sector empresarial, beneficiado con la licitación.

“Una vez más, los procesos administrativos en gestión de servicios médicos dejan de lado a los profesionales que conocen a cabalidad ese menester y se tejen en los niveles gerenciales y financieros, siempre apoyados con la delicada ingeniería jurídica, para presentar al Consejo de Administración como la gran solución y salvación al calvario diario de miles de usuarios. Claro, con el infaltable guiño de la Contraloría (síndico) y la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP)”, dicta parte del comunicado de la AMIPS.

Resalta que mientras se hace esta licitación millonaria colapsan las unidades de cuidados críticos, reanimación, urgencias, salas de medicina interna, traumatología, cirugía. “Ginecobstetricia es un verdadero hospital de guerra. Los pasillos repletos de familiares hacinados, muchas veces haciendo el papel de proveedores y hasta de camilleros de sus propios enfermos”, ratifican.

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