Ciudad del Este. Agencia regional.

El barrio 23 de Octubre de la capital paranaense se convirtió como todos los años en una versión local de la celebración mariana de cada 8 de diciembre, desde la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé. Este año, la pandemia y las restricciones sanitarias le dieron una emoción diferente, según se pudo observar en la respuesta de la feligresía cristiana. Se realizó la procesión de la Virgen de Caacupé en caravana, encabezada por motociclistas en dos partes para abarcar todo el barrio, e incluso más allá alcanzando a sectores de la comunidad cerca de San Alfredo.

El recorrido de las dos caravanas se inició a las 7:00 y duró una hora, y una de ellas estuvo dirigida por el sacerdote Tranquilo Manfroi, quien fue bendiciendo y tirando agua bendita a lo largo del recorrido hacia las familias y sus hogares. El barrio se preparó para recibir en sus calles a la Virgen María con ornamentaciones acordes a la celebración. Una mayoría de la gente estaba con tapabocas, incluso muchas de las personas que salían frente a sus casas a acompañar el paso de la Virgen de Caacupé y muchas de las familias portaban sus propias imágenes de María para recibir las bendiciones.

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