Ayer, durante la cuarta jornada del novenario de la Virgen de Caacupé, con el tema “La eucaristía edifica a la iglesia”, el obispo Joaquín Robledo, de San Lorenzo, señaló en su homilía que Jesús estuvo presente durante la pandemia del covid-19 entre las familias paraguayas.
“En todo este tiempo de pandemia, el señor Jesús ha estado presente con todos nosotros identificándose con todos los enfermos y sirviendo como un buen samaritano en las personas de los médicos, las enfermeras, los personales de los hospitales y los familiares de los enfermos”, expresó Robledo.
Durante la misa a puertas cerradas, el religioso lamentó que muchas personas que fallecieron en absoluta soledad perdieron sus trabajos y se agudizó el hambre entre la población durante la pandemia. Sin embargo, recordó que el pueblo demostró su solidaridad a través de las ollas populares y el gesto de compartir el pan con aquellos que no lo tienen.
En otro instante, valoró a aquellos que se preocuparon por los necesitados en el país y recordó que Jesús pedía que los cristianos estén unidos. Asimismo, señaló que a la eucaristía se le llamaba la fracción del pan para no pasar necesidad entre los necesitados. “En este tiempo de pandemia hemos visto muchos gestos de compartir el pan. Son luces en este tiempo, pero también hubo sombras a causa de la ambición de algunos. Como dice el papa Francisco, nos hizo tomar conciencia de que somos frágiles. Nos ayuda a valorar más la vida y la dignidad de las personas, particularmente de los más pobres”, manifestó Robledo.
Haciendo énfasis, señaló que se menosprecia la vida en el mundo y en nuestro país. “El papa Francisco nos dice que las mujeres son doblemente pobres por el maltrato y la violencia. Mujeres forzadas a abortar, se refiere también a la trata de personas señalando una forma de esclavitud mundial. La vida es un bien supremo que debemos defender y respetar”, afirmó el religioso.