Cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama, pero todo el mes es considerado Octubre Rosa, en homenaje a las miles de mujeres que cada año reciben un diagnóstico y cambian sus vidas para siempre. En una emotiva nota, Sandra Darcourt, esposa del periodista y presentador Pedro Guggiari, contó su historia de lucha contra el cáncer en los estudios de Unicanal.

A Sandra le diagnosticaron cáncer de mama este año, y el momento de más angustia lo vivió hace unos 6 o 7 meses, cuando se percató de un bulto en su pecho. “Cuando reventó el tumor en mi pecho, yo ya sabía que eso no era bueno, en ese momento temí y no sabía cómo decir a mis familiares. Pensaba como le digo a Pedro y mis hijos, cómo le digo a mi mamá. En 20 segundos toda mi vida pasó como un flash, me acordé de todo. Pero algo en mi espíritu me decía, no pienses en lo que tienes, piensa en cómo vas a vivir con lo que tienes”, rememoró. “El cambio físico que sufrí fue impactante, si bien el apoyo de los seres queridos es fundamental, creo que el trabajo interno fue el más grande”, mencionó. Su fe en Dios hizo más llevadero este difícil proceso. “Cuando no tienes fe en Dios, el cáncer te devasta”, dijo.

LA PARTE MÁS DIFÍCIL

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“Cada día que nos levantamos es un milagro”, recalcó. La parte más difícil de la enfermedad es empezar a notar los cambios causados en el cuerpo. “No solamente las náuseas y otros efectos colaterales de los medicamentos, tu aspecto cambia y cambia la forma en que la gente empieza a tratarte. Entonces, ahí hay una doble victimización”, sostuvo. Agrega: “Todos los días me miraba al espejo y repetía: tú eres bella, tú eres amada, Dios te ama. Es como un mantra que repetía para asimilarlo”, no podía permitir que mi autoestima bajara y la enfermedad me consumiera", reconoció.

Sandra mencionó que la parte más dura que tuvo que enfrentar fue después de su primera quimio. “Me levanto al día siguiente, voy a bañarme, me lavo la cabeza, y se me cayeron mechones. Esa vez lloré amargamente en la ducha”. Luego de esa situación habló con Pedro y con su hermano, quien también es oncólogo, ambos le brindaron todo su apoyo y decidió raparse. “En ese momento me di cuenta del gran paso para encarar la situación y me dije: no estás muerta, estás luchando por tu vida. Lo más importante es aceptar que va a haber cambios en ti, aceptar que son reversibles en el tiempo, pero, sobre todo, aceptar que estás viviendo”.

“Nunca cuestioné mi realidad ni tampoco busqué respuestas, simplemente lo asumí. En todo momento y ante las debilidades físicas y consecuencias colaterales, propias del cáncer, fui contenida por mi esposo. Nunca elegí la victimización. Es algo que te toca”, indicó. Desde su experiencia Sandra remarcó que lo importante es agradecer por cada día vivido y no desperdiciarlo. Recomendó tomar un día a la vez y hacer algo bueno con ese día, dejando de lado la queja, porque la vida es un regalo.

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