“Que la gente tome con­ciencia que la trata existe, te puede pasar a vos. La trata de personas existe en todas sus esferas, nadie es de confianza, siem­pre tenemos que dudar cuando nos ofrecen algún tipo de trabajo”, pidió la fis­cala Natalia Acevedo, de la unidad de Trata del Ministe­rio Público.

Explicó luego que los casos de más de un centenar de niños y adolescentes que se alber­garon regresando del Bra­sil movieron a la acción a las autoridades. “Fueron trasla­dadas hasta la ciudad de San Pablo en su mayoría, algunas a Foz para trabajar en fábri­cas textiles, en todo lo que sea trabajo de costura, la mayoría eran menores. Esto pudimos notar a través de la pandemia, porque tuvieron que regresar a Paraguay”, expuso.

Acevedo indicó que fueron 56 las víctimas de trata con fines de explotación labo­ral halladas en este tiempo. “Como tenemos fronteras muy vulnerables, eso no se puede a veces controlar, no tenemos un control migra­torio estricto, eso conlleva­ría tener políticas de Estado que mejoren esa situación”, agregó.

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“Con la emergencia sanita­ria nos encontramos ante una dificultad de trasladar­nos hasta el lugar donde se encuentran las víctimas, por­que las que ya han salido de los albergues regresan a su domicilio particular, se inte­gran nuevamente a su fami­lia y la situación de pande­mia a veces imposibilita llegar hasta el lugar donde se encuentran para hacer un abordaje y saber qué real­mente pasó. Todos ya han regresado con sus familias”, relató.

Por su parte, Alice Resquín, del Ministerio de la Niñez (Minna), comentó que los niños y adolescentes perte­necían a “una franja etaria de 12 a 17 años, quienes estaban en el exterior sin ningún tipo de cuidado parental o algún referente familiar”, expuso.

“Nosotros trabajamos para hacer la evaluación psicoso­cial a las familias de las cuales provenían estos adolescen­tes, en un trabajo coordinado también con Interpol, que nos ayudó a saber los datos y poder ubicar rápidamente a las familias. Además, hacer en conjunto una evaluación de riesgo y a partir de ahí ver si se le comunicaba al Ministerio Público según cada caso. En un 80% son provenientes del departamento de Caaguazú y el resto se divide entre Canin­deyú, Alto Paraná, Concep­ción e Itapúa”, agregó.

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