La sanidad pública de nuestro país cuenta tan solo con 423 camas de cuidados intensivos y menos de la mitad de esa cifra de terapistas especializados para combatir los casos graves de covid-19.
“Los terapistas propiamente dicho son alrededor de 200, pero tenemos otros especialistas afines como neumólogos, anestesistas, emergentólogos, que manejan el ámbito de la terapia”, dijo el ministro de Salud Pública y Bienestar Social, Julio Mazzoleni, al informar sobre la finalización de un curso rápido que tuvo la presencia de aproximadamente mil personas.
La precariedad sanitaria del país es uno de los grandes retos del gobierno actual de Mario Abdo Benítez, ante una eventual dispersión incontrolada del virus junto con la disparada propia de enfermedades respiratorias comunes de invierno.
“La necesidad histórica del país de camas de terapia intensiva es exactamente el doble de las que tenemos, (y) no es porque ahora tenemos covid hay problemas”, resaltó el ministro al precisar que en la actualidad hay 423 en todo el sistema de las ya 210 operativas antes de la llegada del virus.
Agregó que hay regiones como el departamento de Caaguazú, centro-este, que por primera vez cuenta con unidades de cuidados intensivos, y que llegado el caso está previsto recurrir a sanatorios privados para albergar a pacientes graves.
Otra región que ha sido fortalecida con equipos sanitarios es el departamento de Alto Paraná, limítrofe con Brasil, cuya capital, Ciudad del Este, segunda urbe del país, donde fueron instaladas 16 unidades nuevas de terapia.
Por otra parte, en el centro sur de la región oriental del país, la VIII Región Sanitaria de Misiones, fortalece y monitorea la salud con la construcción de Unidad de Salud de la Familia (USF), nuevos equipos de hemodiálisis y la toma de muestras de covid-19.
El avance de los trabajos de construcción para la nueva USF Resistencia en el barrio San Isidro de la ciudad de San Ignacio se encuentra en un 90% de ejecución. Se prevé la finalización de la infraestructura en pocas semanas más.