Un policía bañó de san­gre una vivienda del barrio San Miguel de Capiatá. Isidro Casco Salinas (31) mató a sus hijos, de uno y dos años, respectivamente, a sus suegros, su cuñada de 16 años y posteriormente se sui­cidó. Dos integrantes más de la familia están internados en el Hospital de Trauma, una joven de 18 años y otro menor de 10, peleando por sus vidas.

Los suegros fueron identifica­dos como Alberto De La Cruz Riveros (51) y Amalia Caballero (50). La fiscala Carolina Mar­tínez dijo que algunos cuerpos tenían hasta 6 disparos de arma de fuego. De los hijos del poli­cía homicida, la niña recibió un proyectil y el niño dos a tres balazos, en tanto que se encon­traron diversos proyectiles en diferentes partes de la vivienda. “No se encontraron drogas, solo dos armas de fuego. Cada cuerpo presenta varios dispa­ros, en la parte de enfrente de la casa se encontraron dispa­ros, que aparentemente habrían rebotado”, explicó la fiscala a Universo 970 AM. La madre de los dos niños asesinados, Bea­triz Romero, dijo que Casco Salinas mostró mediante una videollamada su macabro accio­nar. La mujer, que es la actual pareja del policía, se encuentra en España desde hace 8 meses con su suegra, madre del agente, siendo esta última la que recibió la horrible videollamada en la que vio cómo mató a sus hijos y los demás integrantes de la familia de su pareja.

La mujer comentó que el poli­cía tiene denuncia por violen­cia familiar, pero en su ante­rior relación, en la que también tiene un hijo, pero que con ella nunca consumió drogas, al menos cuando estaba en Para­guay. “Cuando estaba conmigo, todo bien, pero hace como un mes cambió, me decía que me extrañaba, que no se sentía bien, que lloraba, que la gente le miraba mal, veía cosas como alucinando. No podía volver porque no había vuelo. Cuando sucedió el hecho estaba en mi trabajo, me llamó antes y le corté la llamada, porque tenía que trabajar y luego me avisan de lo sucedido”, agregó la pareja y madre de los niños asesina­dos. Una vecina del lugar, Leticia Acosta, relató que escucharon los disparos cerca de las 3:00 de ayer viernes en la vivienda de la tragedia. Dos personas salieron a pedir auxilio, pero ya después del deceso de las seis víctimas.

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Por su parte, el subjefe de la Comisaría 21 Mboi’y, Itauguá, Jorge Villalba, dijo que Casco Salinas era un buen profesio­nal y no tuvo problemas con nadie durante los cinco meses de servicio que estuvo en dicha dependencia. “Es terrible lo sucedido, es una pena que haya terminado de esta manera”, manifestó el comisario a la 1080 AM. La Secretaría de Repatriados se puso a dispo­sición de Romero ante una eventual decisión de retornar a nuestro país. Recién se tiene previsto un vuelo de retorno de Madrid-Asunción para el día 15 de julio.

TRES MIL EN PROBLEMAS

“De entre 5 y 6 mil uniforma­dos que ascienden por año, el 50% presenta algún indica­dor de problemas psicológicos que son derivados con profe­sionales en el hospital para rea­lizar un tratamiento”, dijo en contacto con GEN la comisa­ria Alodia Garrigoza, jefa del Departamento de Selección y Admisión. Resaltó que están trabajando para que se cuen­ten con profesionales en psi­cología en cada comisaría para la atención permanente. “Eva­luar a más de 24 mil policías va a implicar la contratación de más psicólogos e insumos, no va a ser fácil. Este hecho en sí delata la importancia de la salud mental y asistencia conti­nua al personal”, aseguró.

EVALUACIÓN Y DENUNCIA POR VIOLENCIA

El policía que asesinó a sus hijos y parientes de su mujer fue sometido a una evaluación psicológica en agosto del 2017, según psicólogas de la Policía Nacional. En esa inspección, el policía no presentó “nin­guna anomalía” que pudo haber llamado la atención de los superiores.

Las psicólogas de la Policía comen­taron que las evaluaciones se realizan cada 4 años a los policías que pretenden ascender, y que el año pasado realizaron a 5.000 policías. Sin embargo, en octubre de ese mismo año fue denunciado por vio­lencia familiar por su anterior pareja con quien tiene un hijo, según informó la comisaria María Elena Andrada, jefa de Relaciones Públicas de la Policía.

En aquella ocasión, la Fiscalía investigó el hecho y el juez a cargo del caso dispuso apenas una multa contra el uniformado, que pagó para ser sobreseído y seguir ejerciendo sus funciones como policía hasta que ayer a la madrugada mató a 5 personas. El hom­bre además contaba con serios problemas de adicción al alcohol y posiblemente a las drogas.

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