En el Paraguay, una de las prácticas dañi­nas que se regis­tran son los matrimonios infantiles y las uniones tempranas (que se reali­zan antes de los 18 años), pues menoscaban los dere­chos de las niñas y adoles­centes, expuso el Fondo de Población de Naciones Uni­das (Unfpa, por su sigla en inglés). “La mayoría de ellas se convierten pronto en madres, dejan de estudiar y viven en una situación de subordinación con sus pare­jas que las superan en edad; 8 de cada 10 matrimonios de mujeres entre 15 y 19 años se llevan a cabo con hombres mayores”, reportó la agen­cia internacional.

El arraigo histórico y cultu­ral de las uniones tempra­nas en el Paraguay es tal que a menudo se considera natural, pese a que exis­ten leyes de protección. La Ley 6002/17 que modifica el artículo 135 del Código Penal determina que los hombres a quienes se atri­buye ser “parejas” de meno­res de 14 años pueden ser imputados por abuso sexual con una expectativa de pena de hasta 20 años de prisión.

También la Ley 5419/15 de Reforma Parcial del Código Civil establece el aumento de la edad para contraer matri­monio. Es decir, todas las per­sonas que no hayan cumplido los 18 años no podrán casarse legalmente, con excepciones a partir de los 16 años.

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Aunque existan pocos datos cualitativos y cuantitativos que permitan dimensionar el tamaño del problema, en el 2018 se ha registrado un total de 2.496 personas de 15 a 19 años unidas legal­mente en matrimonio, de las cuales un 82% corres­ponde a mujeres. La cifra aumenta cuando se contem­plan las uniones de hecho, que suman 41.308 en per­sonas de 15 a 19 años. De ellas, el 71,2% son mujeres, es decir, dentro de las perso­nas unidas en esa franja eta­ria, 7 de cada 10 son muje­res. Esta situación se da con mayor frecuencia en zonas rurales, donde un poco más de 1 de cada 8 mujeres (13,4%) se encuentra dentro de un matrimonio infantil o en unión temprana, fenó­meno que en entre adoles­centes de zonas urbanas se da a razón de un 8,6%.

Así lo establecen los datos del informe del Estado de Población Mundial, que el Unfpa presentó ayer, cen­trando su atención en tres prácticas nocivas que perju­dican a las mujeres y niñas en el mundo e impiden la igualdad: la mutilación genital femenina, el matri­monio infantil y la selec­ción del sexo con sesgo de género (la preferencia hacia los hijos varones).

COVID-19

El informe 2020 destaca que la pandemia de covid-19 está interrumpiendo los programas para poner fin a la mutilación genital feme­nina. Como resultado, 2 millones de niñas más en el mundo podrían sufrir daños en el transcurso de la próxima década.

El covid-19 también afec­tará los esfuerzos para erradicar el matrimonio infantil, lo que de manera potencial se traduciría en 13 millones de matrimonios infantiles adicionales entre el 2020 y el 2030. Además, mientras la pandemia con­tinúe, el número de mujeres que no puede tener acceso a planificación familiar, que enfrenta embarazos no pla­neados, violencia por razón de género y otras prácticas nocivas podría dispararse en los próximos meses.

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