Expertos médicos coinciden que en tanto no exista una vacuna para el coronavirus, las medidas sanitarias de distanciamiento e higiene serán compañeras permanentes de nuestras vidas. El avance de una cuarentena inteligente y el levantamiento gradual de ciertas restricciones no deben repercutir en un relajamiento ciudadano. Hoy más que nunca debemos poner en práctica lo que aprendimos durante la cuarentena rígida para que, en un futuro que claramente no será en el corto plazo, volvamos a la normalidad.
“No hay que dejar de vivir por miedo a morir”, es una frase que nos dejó el pediatra e infectólogo Tomás Mateo Balmelli en comunicación con La Nación. El médico refirió que el coronavirus es un virus nuevo e irreconocible por el sistema inmune, pero señaló que con el transcurso del tiempo vamos a tener que acostumbrarnos a vivir con él, como ocurrió con la influenza y el dengue, por ejemplo.
“Si mantenemos los cuidados higiénicos, disminuimos la posibilidad de infectarnos. No tenemos que dejar de lado a aquellos individuos que tienen enfermedades crónicas ni las embarazadas con sus controles durante la gestación”, consideró. Balmelli añadió que también se debe tener en cuenta a las mujeres y sus controles rutinarios, los niños pequeños y adultos mayores.
Por otra parte, mencionó que el coronavirus es un virus que siempre estuvo entre nosotros, especialmente en épocas de otoño e invierno, pero remarcó que este nuevo serotipo que puso al mundo en pandemia, probablemente entable un equilibrio, como toda la naturaleza, cuando el hombre sea consciente de conservar la biodiversidad.
“Cuando más nosotros agredimos a la naturaleza, hay menos posibilidades de entablar un equilibrio. Y eso traerá como consecuencia enfermedades nunca antes vistas, repercusiones económicas como las actuales, crisis sanitaria mundial y desequilibrio social”, agregó.