Émerson Dutra, corresponsal.

El procedimiento se realizó a las 23:00 del viernes, en la colonia Cerro 21, de la jurisdicción de Capitán Bado. De acuerdo a los datos, militares de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) realizaban patrulla de rutina por la zona cuando, en un determinado momento, divisaron un camión de mediano porte.

Los desconocidos, al perca­tarse de la presencia de los militares, abrieron fuego contra los agentes, quienes respondieron en el mismo tono. Varios proyectiles die­ron en el vehículo en el que se encontraban los uniforma­dos, que resultaron ilesos en el sorpresivo ataque. Apro­vechando la oscuridad de la noche, los narcotraficantes se dieron a la fuga. Tras verificar el rodado, los agentes hallaron en su interior gran cantidad de marihuana prensada y picada de alta calidad, que tras el pes­aje arrojó 3.166 kilos.

“Eran como 5 personas, según informaron miembros del equipo táctico”, explicó el teniente coronel Luis Apes­teguía, vocero de la FTC. Agregó que, además de la droga y el camión, los mili­tares se incautaron de dos vehículos y una camioneta.

Los primeros datos revelan que la droga pertenecería a una poderosa facción crimi­nal que opera en esa región de frontera y que tiene a su cargo abastecer de la hierba al ren­table mercado brasileño. Su punto de operación sería el bosque de Cerro 21, local coti­zado por los traficantes por la fertilidad de la tierra y el casi nulo control policial.

De acuerdo a los informes, en ese lugar existen grandes cul­tivos que, una vez cosechada y prensada, ingresan al mer­cado brasileño gracias a la complicidad, muchas veces, de las propias autoridades policiales de la región.

Un control aleatorio de la FTC puso al descubierto la facili­dad con que circulan los trafi­cantes por los caminos de ese lugar. El Ministerio Público abrió una carpeta fiscal para investigar quién sería el pro­pietario de esas casi 3,2 tone­ladas de droga incautada.