Sara Leguizamón, 19 años, fue asesinada el jueves a la noche de un balazo en la cabeza. Al principio se habló de dos hipótesis sobre el crimen: un posible caso de feminicidio o una pelea entre microtraficantes.

Ahora la Policía sostiene que fue un chico de 12 años el autor del disparo, y que el mismo se encontraba en un grupo en el que estaban consumiendo crack.

El hecho ocurrió en una vivienda del asentamiento Ángel David, de Villa Elisa, que ya contaba con 8 allanamientos por denuncias de microtráfico.

“Inicialmente familiares de la finada dijeron que un joven a quien no conocían, pero que supuestamente tenía de intención de relacionarse sentimentalmente con la víctima, fue el autor del disparo. Pero después hablando con varias personas del lugar, y evaluando las contradicciones se tuvo la verdad del hecho. Fue un niño de 12 años a quien dieron el arma en un grupo que estaba consumiendo drogas”, explicó el comisario Rubén Paredes en declaraciones radiales.

El mismo indicó que el niño habría estado también consumiendo, y que el dueño del arma le pasó y le conminó a que haga disparos. El menor comenzó a percutir y uno de los disparos impactó en la cabeza (entre ceja y ceja) de la víctima, que murió prácticamente en el acto.