“Seamos responsables unos con otros, lo que hagas o dejes de hacer puede ayudar o no en esta necesidad colectiva que tenemos. Los jóvenes hoy tienen la gran tarea de descubrir su vocación en este ambiente. Esa vocación a la responsabilidad y, directamente evitar ser simples espectadores ociosos ante la realidad. De aquí que la Pascua que llamo a celebrar a los jóvenes es para que sean protagonistas de un ambiente de responsabilidad y solidaridad”, dijo el rector de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” (UC), el Pbro. Narciso Velázquez Ferreira.

Además, indicó que el gran desafío es hacer que nuestro país y el mundo no queden paralizados, por lo que hizo un llamado muy especial hacia los jóvenes. “Se está haciendo el esfuerzo en todos los ámbitos para que este tiempo en que no hay aulas físicas, la educación continúe su camino mediante aulas virtuales. Es un desafío y requiere la creatividad y colaboración de todos. La Pascua nos llama a una reflexión profunda para que los signos de muerte que envilecen al ser humano sean superados. Eso nos mostró Jesús con su Resurrección y nos llama a hacerlo con él”.

¿Qué aporte tienes para esta necesidad?, pregunta el rector y explica que esta pregunta tiene un trasfondo antropológico existencial, pues nos expone frente a una realidad ineludible: es imposible ser indiferentes.

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“Esta experiencia nos hace ver que el egoísmo es el peor enemigo que tiene el ser humano; pues, el egoísmo propone en sí la libertad irresponsable en el actuar. Como ejemplo, hoy se nos invita a hacer algo o no hacer algo pensando en nosotros mismos y al mismo tiempo en los demás. Cuando nos piden que nos quedemos en casa están pidiéndonos ser solidarios con la gran necesidad de colaborar para evitar el contagio masivo del virus”, explicó.

ENSEÑANZAS

Por otro lado, dijo que esta situación mundial nos deja otras muchas enseñanzas, entre las que puede destacar está el testimonio de tantas personas que están buscando por todos los medios ser creativos para que prevalezca el bien y permita superar esta situación de pandemia. “Eso lo vemos en todos los ámbitos, desde las personas particulares que encontramos en nuestros ambientes, así como en los órganos oficiales y servicios públicos”, mencionó.

“Nos enseña que podemos esforzarnos por hacer las cosas bien, incluso en medio de las limitaciones que existen. Finalmente, nos enseña que lo esencial está en nuestras manos, entre otras muchas que cada uno podemos descubrir en nuestro día a día, como el estar en casa todos juntos, valor que en algunos ambientes tal vez ha quedado un poco descuidado”, opinó. Velázquez sostuvo que lo que más se debe trabajar en este tiempo es el espíritu solidario “de lo que puedo dar a mi hermano, sea aquello material, sea espiritual, sea de compromiso de vida ya que ese es el horizonte de todo actuar”, explicó.

LA PASCUA EN ESTOS TIEMPOS

“En esta situación tan especial somos invitados a profundizar el significado de la Pascua para cada uno. La celebración del tiempo litúrgico de Pascua tiene el propósito pedagógico de ayudarnos a experimentar la cercanía de Dios y sobre todo el poder de Dios que nos libera, que nos salva”, analizó.

El líder católico explicó que la salvación se experimenta con mayor profundidad en los momentos difíciles. “La salvación nos llega mediante personas y acontecimientos que nos tocan vivir. Esa salvación la experimentamos y la vamos a experimentar en la medida que tengamos el oído, los ojos y el corazón abiertos para descubrir la acción salvadora de Dios. Así lo experimentó el pueblo de Dios y así lo experimentan quienes viven la experiencia de la fe”, dijo.

También manifestó que el pecado o el mal no tienen la última palabra. “Es una expresión que nos viene de las enseñanzas del catecismo. Los signos de muerte se dan en el mundo justamente a causa de la imperfección de nuestras obras. Pero, la llamada de Dios a una vida santa es justamente la llamada a un proceso de conversión que lleva consigo el camino para hacer frente a todas las imperfecciones de la historia de la humanidad. Por eso, superar el mal y el pecado me llama a una lucha contra el egoísmo donde construyó una personalidad abierta y comprometida en la lucha contra el mal”, manifestó.

“Ese espíritu de bien no es una simple filantropía sino es sobre todo un llamado a la experiencia que nace del ser imagen y semejanza de Dios que, aunque frágil y pecador, auxiliado por la gracia de Dios, es capaz de ser constructor de su reino en el mundo hasta la eternidad”. Concluyó diciendo que de ahí que Dios siempre está presente, nos salvó, nos salva y nos seguirá salvando por los siglos de los siglos.

“La salvación nos llega mediante personas y acontecimientos que nos tocan vivir”, opinó Velázquez.

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