En horas del mediodía, un aura que rodeaba al sol despertó del letargo a toda la población, que pasmada observaba el fenómeno inusual, comparada gráficamente con otros cuerpos celestes asomándose a la tierra. Esta luminosidad está asociada con un fenómeno meteorológico denominado halo. Se trata de un efecto óptico llamado cirroesestratos y se trata de cristales de hielo, según el subdirector de Meteorología, Eduardo Mingo. El anillo del halo posee un efecto iridiscente, cuyo color rojo se halla en el interior del anillo y el verde y el azul claro en la parte externa. Mingo, explicó: “Es un fenómeno óptico, la presencia de ese tipo de nubes normalmente lo que hace es indicar que hay una actividad turbulenta bien arriba.
Por eso se asocia a las lluvias, nuestros antepasados decían que la luna está cubierta de agua. Este tipo de nube se llama cirroesestrato. En principio, no estamos teniendo señales de lluvia a corto plazo. Pero indica que hay disponibilidad de lluvia, puesto que es un vapor que se congeló, y el vapor pasa directo a ser hielo”. Dijo que la atmósfera está dando una señal; no obstante, datos meteorológicos no anuncian lluvia. Resaltó que el fenómeno indica que actualmente el ambiente está seco y de acuerdo al boletín de fin de semana, en capital no se aguardan precipitaciones. El sector este y noreste, en cambio, sí tendrá chaparrones. En tiempos remotos, los fenómenos eran atribuidos a los mitos relacionados con los dioses griegos, más tarde, descartados, naturalmente por la ciencia.