Ante el creciente uso de los cigarri­llos electrónicos o vapeadores, mayormente por parte de personas jóve­nes, el profesor doctor Víc­tor San Martín, neumólogo del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, explicó que en el dispositivo se emplean pro­ductos nocivos para la salud, que producen enfermedades respiratorias y que incluso pueden llevar a la muerte a temprana edad.

Atendiendo a ello, instó a la población en general a no dejarse engañar con publici­dades falsas sobre el uso de los cigarrillos electrónicos. Refirió que si bien el vape se inició originalmente como terapia para sustituir a los cigarrillos normales, hasta el momento se desconocen los efectos a largo plazo del uso de estos dispositivos, por lo que se recomienda no utilizarlos.

“Empezó hace 50 años apa­rentemente para que los fumadores dejen el cigarri­llo, la nicotina”, precisó y aña­dió que si una persona quiere dejar de fumar existen trata­mientos más efectivos que el cigarrillo electrónico.

En este escenario, en octubre del 2019, la Cámara de Diputa­dos aprobó, con media sanción, la ley que regula y reglamenta el régimen de tabacos y vapea­dores. En marzo de este año, el documento debe ser estudiado en la Cámara de Senadores.

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud se mues­tra más prudente y toma como referencia un informe del 2014, que señala que “los SEAN (Sis­tema Electrónico de Adminis­tración de Nicotina) son proba­blemente menos tóxicos que los cigarrillos”, pero aclara que “no hay pruebas suficientes para cuantificar el nivel preciso de riesgo y que los SEAN son incuestionablemente nocivos y deberán ser regulados”.

La preocupación principal es que estos productos empezaron a ser usados también por per­sonas no fumadoras, especial­mente adolescentes, blanco del marketing de muchas marcas.