A las 23:00 del 4 de diciembre, tres familias de Yaguarón iniciaban su tradicional viaje en carretas tiradas por bueyes rumbo a la Basílica de Caacupé y luego de 12 horas en la carretera llegaron a destino y cumplieron su promesa, como lo vienen haciendo desde hace ya 25 años, además de agradecer a la Virgencita Azul por los favores recibidos.

“Pedimos por la salud y el trabajo de todos los miembros de la familia y por todos los animales que tenemos”, expresó don Feliciano Ayala, carpintero y agricultor, que encabeza la caravana yaguaronina.

La familia descansó tres veces durante el trayecto, primero en Tatarê, al subir el cerro y después al bajar.

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Ahora permanecen a la orilla del arroyo, donde estacionan las carretas, sueltan a los animales y los alimentan. Después quedará uno de guardia, mientras el resto va a la Basílica. Para estos días, llevan ropa y comida necesaria para vivir la fiesta de los católicos.

Los peregrinantes volverán a sus hogares el 7, víspera de la festividad. “No nos quedamos para el 8 porque los camiones asustan a nuestros bueyes, nosotros cumplimos la promesa con la participación de la misa del 7”, afirmó don Feliciano Ayala.

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