Participar en conductas de riesgos, ser sexualmente dominantes, evitar discutir las emociones o buscar ayuda psicológica, mantener una masculinidad mal entendida o “tóxica”, rebaja en casi seis años la esperanza de vida de los hombres, situación que contribuye a tasas más altas de suicidio, homicidio, adicciones y accidentes de tránsito, así como de enfermedades no transmisibles. Uno de cada cinco hombres mueren antes de los 50 años según un nuevo informe de la Organización Panamericana de la Salud.
Muchas de las principales causas de muerte en las Américas, incluidas las enfermedades cardíacas, la violencia interpersonal y los siniestros viales, están directamente relacionadas con comportamientos “machistas” construidos socialmente.
Una de las conclusiones del informe es que los roles, las normas y las prácticas de género impuestos socialmente a los hombres refuerzan la falta de autocuidado y el abandono de su propia salud física y mental. Hay 190 mujeres por cada 100 hombres, dado que los hombres mueren a edades más tempranas.
Anna Coates, jefa de la oficina de Equidad, Género y Diversidad Cultural de la OPS, expresó que la socialización de los hombres también conduce a una amplia gama de problemas de salud que solo pueden abordarse a través de políticas, programas y servicios de salud receptivos que se centren en sus necesidades particulares.