La jueza penal de Garantías, Alicia Pedrozo, ordenó la prisión preventiva del médico anestesiólogo Aldo Ariel López González, imputado por presunto caso de feminicidio por la muerte de manera violenta de su pareja, Mayra Thalía González Quintana.
El hombre está bajo sospecha de ser el autor del crimen que costó la vida a la mujer de 23 años, quien falleció a causa de los violentos golpes que sufrió, aunque López González aseguró que Mayra falleció ahogada en su propio vómito.
La audiencia de imposición de medidas se realizó ayer en la sede del Poder Judicial, hasta donde acudió el imputado en compañía de sus abogados. La defensa del procesado solicitó arresto domiciliario, como medida alternativa a la prisión, pero la magistrada hizo lugar al pedido de la Fiscalía, de prisión preventiva.
López González guardará reclusión mientras dure el proceso de investigación, cuyo informe final debe ser entregado en seis meses. El hombre quedará preso en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú o en otro lugar donde disponga la Dirección de Penitenciaría del Ministerio de Justicia.
ELEVADA PENA
López González se expone a 30 años de prisión, en caso de ser hallado culpable del presunto delito de feminicidio. El médico fue imputado por la fiscala Rosa Noguera, quien tuvo en cuenta el informe forense, donde se habla de la muerte violenta que tuvo la joven. Según los familiares, el médico respondía los mensajes que se le enviaba a Mayra y hablan de antecedentes de violencia entre ambos.
Tras su detención, López González se abstuvo de declarar y de dar su versión de los hechos a la Fiscalía, que viene investigando el caso que saltó a la luz pública el domingo en horas de la noche, cuando los médicos del sanatorio San Martín dieron aviso de los graves indicios de violencia en el cuerpo de la joven que fue llevada por su pareja hasta el centro asistencial.
Mayra Thalía se constituye en la víctima número 30 de feminicidio en el país y deja huérfana una niña de apenas tres años. Debido a que su madre viajó a España, ella y su hermano de 19 años quedaron al cuidado de la tía.