La solidaridad y la gestión de sus coordinadores logra que la escuela de gestión comunitaria Kunumi Arete de Areguá continúe abriendo sus puertas a unos 30 niños de 3 a 12 años. Es así que el pasado jueves, la Casita Gourmet de Judith de Asunción realizó una cena solidaria para la escuelita, todo lo recaudado fue destinado para financiar las actividades de la institución de educación alternativa, así lo explicó Noelia Butticce, coordinadora pedagógica de Kunumi Arete.
“La fiesta de los niños” significa el nombre de la escuela en guaraní. Está situada a 30 kilómetros de Asunción, rodeada de árboles, lagos y cerros, y con una historia cultural rica en artesanía, agricultura periurbana, arquitectura, literatura y turismo.
Kunumi Arete es un proyecto educativo de gestión comunitaria, todas las realizaciones, desde lo pedagógico hasta las actividades de recaudación de fondos necesarias para su sostenimiento, se realizan entre todas las familias de los niños y niñas que asisten a la escuela. La educación aquí no está divida entre paredes o aulas, se aplica lo que se llama en las escuelas rurales los “plurigrados”; es decir, solo se rigen por nivel inicial, 1º y 2º ciclos. Entre algunos días de la semana, los niños de 3 a 12 años se reúnen en comunidad, y allí tienen la oportunidad de convertirse en maestros de los más pequeños, “esta experiencia es bastante positiva porque cuando se enseña también se aprende”, dice Butticce.
En esta escuela tampoco hay notas, tienen varias formas de evaluar a los niños y al momento en el que un niño culmina el 2º ciclo, traducido al 6º grado, solicitan al Ministerio de Educación un examen de validación para que pueda ingresar al 7º grado, ya que no cuenta con el 3º ciclo.
“Nuestra filosofía se nutre de varios pensadores y pensadoras que reconocen la potencia de la comunidad como educadora, el respeto por el tiempo de la infancia, y la construcción conjunta de conocimientos entre niños, niñas y adultos. Este 2019 cumplimos ocho años de existencia, aunque el origen de Kunumi Arete se remonta a una experiencia educativa anterior llamada Ñemitÿ, desarrollada en Estanzuela, de donde heredamos algunos de sus aspectos. A lo largo de este tiempo nuestra escuela se fue convirtiendo en referente nacional de innovaciones pedagógicas, artísticas y ecológicas”, relató.