Las fiscalas Sara Torres y Natalia Silva imputaron a tres médicos del Sanatorio Migone, en el marco de la investigación por el fallecimiento del niño Renato Rojas Talavera. Los médicos María de Fátima Bastos, José Manuel Ovando y Óscar Feliciano Cabrera fueron imputados por omisión de auxilio.

La imputación señala que siendo las 12:27, tras habérsele suministrado un medicamento al niño, se produce una alteración y empeoramiento repentino de su estado de salud, por lo que la madre, Macarena Talavera Angulo, se dirigió a los médicos con angustia y en voz alta les hace saber que su hijo estaba pálido. Ante ello, ninguno se acercó a verificar el estado de salud del niño, lo que configura una supuesta inacción por parte de los médicos.

Poco después, la madre vuelve a acercarse a los médicos y les pide auxilio: “Por favor, le falta oxígeno, está pálido, está transparente ya mi bebé, su boca está morada”. Nuevamente, no tiene respuesta de los médicos. De acuerdo a la imputación, si bien dos de los hoy imputados son residentes, ya cuentan con el título profesional que avala su habilitación para prestar auxilio ante cualquier emergencia, además, los mismos estaban como médicos de guardia en Urgencia del mencionado sanatorio, por lo que a pesar de no ser pediatras, no podían evitar prestar la ayuda necesaria al paciente en grave estado.

ADMISIÓN DE IMPUTACIÓN

Por su parte, la jueza penal de Garantías Lici Sánchez admitió la imputación contra los tres médicos y fijó para el 24 de octubre, a partir de las 8:00 de la mañana, la audiencia de imposición de medidas cautelares. En la referida diligencia judicial se conocerá si los galenos serán beneficiados o no con medidas alternativas a la prisión.

ANTECEDENTES

Renato fue llevado por sus familiares hasta el mencionado sanatorio por un supuesto cuadro de bronquitis. Durante su permanencia en Urgencia la situación se complicó. Su familia afirma que le administraron dos medicamentos al mismo tiempo, que presuntamente le hicieron convulsionar y le habrían provocado la muerte. Desde el centro asistencial niegan que se haya tratado de una negligencia.