• POR ADRIANA ZACARÍAS, adriana.zacarías@gruponacion.com.py

Fundado por jesuitas, el Museo Diocesano de Arte Jesuítico, Santa María de Fe, se halla en la ciudad de Santa María, Misiones, a 233 kilómetros de Asunción. El acervo, que forma parte de la Ruta Jesuítica del Paraguay, consta de piezas talladas en madera por indígenas y si bien es visitado predominantemente en vísperas de días santos, está abierto al público durante todo el año.

La pieza más emblemática del museo es el Cristo crucificado, junto a las tres Marías y San Juan, relata el director y guía Isabelino Martínez. En el lugar están resguardadas 56 tallas, a las que se suman algunos pedazos, muebles y atributos, llegando a 70 piezas en total.

“El museo cuenta con seis salas temáticas. La primera se llama Sala Antigua Iglesia; la segunda Sala de los Santos Jesuitas, alberga a los fundadores de la Compañía de Jesús; la tercera Catequesis, porque la misión en la misma era enseñar la vida de los santos; la cuarta Sala de Santos Ángeles y Arcángeles, por la presencia de un San Miguel Guaraní con un demonio, que es el Mba’e pochy bajo sus pies; la quinta Nacimiento y la sexta Pasión del Señor”, puntualizó Martínez.

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Todo el espacio data de mediados del siglo XVII y las esculturas son íntegramente de indígenas guaraníes. La pintura de las figuras está intacta hasta hoy. “No se hizo ninguna restauración en cuanto a la pintura, que data de entre los años 1.660 y principios de 1700”, explicó el director.

Seguidamente, detalló que se trata de un lugar antiguo de peregrinación de los propios guaraníes, antes de los Jesuitas, quienes posteriormente se mezclaron con la religión católica y colocaron en una cruz original otra misional y fundacional. “A partir de ahí se volcó más gente. Es un lugar antiguo de oración del departamento de Misiones”, reiteró.

ESCULTURAS

Las esculturas simbolizan el trabajo de los guaraníes de la primera escuela jesuítica. “Es un museo que resulta de una primera escuela jesuítica, donde se enseñaba a leer, escribir y de paso esculpir. El maestro se llamaba José Brazanelli y fue quien durante 10 años los guió para hacer de esta una escuela propiamente dicha”, relató Martínez.

Entre las obras destacan la del fundador de la compañía, San Ignacio de Loyola; María Magdalena (la arrepentida); San Sebastián (el mártir de la milicia, perseguido en la Edad Media); la Virgen de los Dolores, San Estanislao de Cosca, San Luis Gonzaga y San Pedro. Cabe resaltar que cada pieza tallada contiene, al pie, la descripción de la historia del santo. Para ingresar al Museo Diocesano de Arte Jesuítico se debe abonar G. 10.000.

Todo el espacio data de mediados del siglo XVII.
Cada pieza tallada tiene la descripción de la historia del santo.
La pintura de las figuras está intacta hasta hoy.
Alberga 56 tallas, a las que se suman pedazos, muebles y atributos, llegando a 70 piezas.

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