En el Parque Guasu se notó la presencia de una especie de serpiente y causó temor en la ciudadanía. Se trata del eunectes notaeus, más conocida como kuriju. Esta aparición se considera un indicador positivo del estado ecológico de la zona.
Darío Malderburger, director general de Protección y Conservación de la Biodiversidad del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), refiriéndose a la posibilidad de peligro para el ser humano, subrayó que “más bien las familias van a ser el peligro para la kuriju”.
“La gente no está teniendo en cuenta que puede convivir con la fauna, esa kuriju no es un elemento agresivo, al contrario, es un elemento que puede dar una imagen de que existen todavía ciertos componentes en la urbe. La gente siempre le tiene miedo, tiende a eliminar al ejemplar. Caemos en ese error, cuando hay que dejarla que se desplace libremente. Uno puede hacer un paso atrás y dejarla, no le va a morder”, indicó y agregó que esta especie de reptil, como todo animal, se protege cuando se siente atacada.
“Si no le agredimos, no va a reaccionar, en ese proceso educacional es que estamos todavía en punto cero”, detalló y precisó que buscarán alguna laguna donde vivir. El parque tiene una.
Respecto a cómo llegó al lugar, reseñó que estos animales fueron invadidos tras las inundaciones suscitadas este año. “Ellos vienen por los circuitos hídricos. En este caso, cuando hubo inundación. Ahora se están desplazando porque hay una bajante del nivel del río”, puntualizó.
El especialista remarcó que lo ideal sería que la ciudadanía interprete que existen animales que pueden estar desplazándose. “Si yo encuentro una cascabel o coral, ahí si voy a tener cuidado y atención”, enfatizó y reiteró que la kuriju se alimenta de pequeños individuos, como ratones, y lo que busca es refugio en el agua, no pelea.
La biodiversidad urbana se ve cada vez más amenazada por la acción antrópica (la acción humana sobre el territorio) y la presión que los humanos ejercemos en la vida de estas y otras especies silvestres.