Una paciente oncológica del Instituto de Previsión Social deambula desde hace más de 15 días por el Hospital Central de la previsional, buscando un diagnóstico más certero sobre el tipo de cáncer que padece. Por temor a represalias, la mujer, mayor de edad, pidió guardar su identidad. Ella ingresó por el servicio de urgencias del área de Traumatología, debido a los intensos dolores que padecía en la cadera y cintura y un bulto que apareció en la espalda.

Al momento del ingreso le pidieron una tomografía y luego una resonancia magnética, luego de lo que se le solicitó una biopsia. En el servicio estuvo hasta el 26 de agosto, ocasión en que le dijeron que tenía que regresar a su casa, a la espera del resultado de la biopsia, supuestamente para evitar infección intrahospitalaria y dar la cama a otros. Para sorpresa de la paciente, al día siguiente la llaman y le preguntan por qué abandonó el hospital.

Ya con el resultado de la biopsia, la paciente fue llevada en ambulancia desde su casa hasta el servicio, donde los médicos pidieron otro estudio, el de inmunohistoquímica, un análisis más específico que no se hace en el IPS.

Por la falta de este estudio, no solo se posterga el tratamiento, sino también su ingreso al área de Oncología, debido a que ningún profesional médico se hace cargo de la paciente. Esto obliga a la mujer a permanecer en su casa, soportando intensos dolores ya que no le prescriben ninguna medicación fuerte para paliar el suplicio que está sufriendo a causa de la terrible enfermedad que padece.